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nuestros Aspírantados y Juventudes marchen con regularidad y· eficacia hay que– comenzar por formar buenos dirigentes... Después. nuestras Juventudes han de ser debidamente organizadas: el equipo ha de ser su base esencial. Los equipos no serán en modo alguno heterogéneos, pero tampoco definitivamente homogéneos... En el equipo se ha de llevar revisión de vida y carnet de hechos de vida, y se ha de con– ceder máxima importancia a esta revisión de heC'J:1os de vida... Interés especial se ha de poner en depi:gnar y formar estos jefes de equipo, que constituirán el equipo base. y se precisa, asimismo. crear mentalidad y ambiente de militantes en todos ellos"'. Coloquio P. Javier de Valladolid: Hay que lamentar que, a pesar de que nuestras juventudes neven el nombre de Juventudes Franciscanas, no existan como algo orgánico, sino como algo integrado en la V. O. T. No tenemos reglamento; el reglamento aprobado por el P. General para Italia, apenas es conocido en España. El P. Higinio. siendo Provincial, mandó presentar un reglamento para las Juventudes, y fué publicado "ad expen– mentum", pero creo que üo se ha experimentado. Actualmente no sé si tiene alguna vigencia. No estaría de más organizar un Discretorio de Juventudes Interobedrnnciales. P. Buenaventura de Santamaría: La juventud de Cuatro Caminos se rige por el Re– glamento de Italia. P. Elías de Basauri: El Reglamento que aprobó el P. Higinio lo considero superado y ya un poco atrasado. P. Cornelio de Lezaun: Nuestras juventudes en Navarra trabajan por equipos apos– tólicos. Pondré el Reglamento de Navarra a su disposición. Pregunto: óCuáles son las actividades en que, según ese Reglamento italiano, nuestras juventudes trabajan uni– das? Me refiero a chicos y chicas juntos. P. Sixto: El Regl_amento italiano no establece en qué, cómo ni cuándo. . P. Leandro de Bilbao: Creo que los jóvenes franciscanos deben ser también tercia– rios. Se co_noce a la V. O. T. corno una familia. No podemos estar tranquilos hasta for– mar una Juventud nuestra, con vida interior propia. Hablarnos de renovación de mé– todos _modernos: a traves ae una Juventud nuestra, ¿no podemos conquistar a las- otras juventudes? Los Clubs Santistas son otra juventud al lado de la nuestra sin regla– mento, cuyo fin es meramente la "coi;ivivencia cristiana"; no se les puede exigir ni frecuencia de sacramentos, m otras pract1c_as. de rnayo_r_ perfección. Sobre estas juven– tudes pueden 1nflu1r nuestros Jóvenes terciarios. Los Jovenes terciarios no tienen por qué separarse de los viejos, la presencia de los jóvenes en la V. O. T. comunica a ésta vitalidad y entusiasmo. P. Sixto: Los. Clt:bs Sant_istas tienen ya unos estatutos por _los_ cuales se rigen. P. Leandro: c,Que pos1c1on debemos adoptar ante la proh1bicion de las excursiones en que el elemento rnás numeroso sea el femenino? ¿Por qué otras Ordenes y párrocos ha– cen caso omiso de esto, pues casi siempre el número de mujeres será mayor en las ei,cursiones mixtas? P. E lías: Todo en nuestras juventudes está exigiendo una transformación más pro– funda, ¿no sería conveniente establecer unos cursillos de franciscanismo parecidos a lob Cursillos de Cristiandad? P. Mauricio: Mejor será que se den ejercicios con mentalidad franciscana. Ponencia 20 BENEFICENCIA Y SUBURBIO Por el P. JAVIER DE VALLADOLID El ponente, después de analizar el concepto de beneficencia y asegurar que entre los cristianos el binomio Beneficencia-caridad expresa igualdad, insiste en el valor apostólico de la beneficencia, que se ha de catalogar entre las vir-. tudes sociales. La caridad "material" es preliminar para el apostolado. Santo Tomás for– mula una gran teoría social en esta frase: "Al pueblo primero hay que nutrir– lo y después enseñarle''. Y la Biblia: "Al que tiene hambre dale de comer. A las obras de caridad. espirituales .debe seguir el apostolado propiamente 46
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