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pues, presenta y comenta la legislación sobre el particular, que condensa en estos apartados: 1. 0 Vida de :fraternidad (vida, organización y funcionamien– to de estas agrupaciones juveniles). 2. 0 Vida de piedad, cuya meta es la santi– ficación personal, sin descuidar el aspecto humano y cultural. 3. 0 Juventud y alegría: con un recuento de unas cuantas fechas claves para concentraciones y actos de imborrable recuerdo, que juegan un papel muy decisivo para te– ner tensos los ánimos y facilitar la adquisición de nuevas metas. Un estudio muy atento de los presentes Estatutos y una táctica con suerte para llevarlos a la práctica, deberán constituir el afán de quienes se dediquen a este apostolado de Juventudes. Los éxitos serán numerosos, no sólo para bien de la juventud, sino para la santificación de los hogares y plantel de vocacio– nes seráficas. Comunicaciones Respondieron a los puntos de la encuesta: cómo reglamentar y asegurar la con– tinuidad de nuestros aspirantados y juventudes; experiencias y criterios a adoptarse para la organización, dirección, espíritu y actividad; por qué esa falta de vitalidad es la tónica común. P. DoNATO DE MoNLERAs.-Sienta como principio general que "debe trabajarse a base de planes bien calculados, comprometedores y formativos de los jóvenes·•, y señala los siguientes planes: a) el educatii:o: formar auténticas personalidades, formación cristiana integral y típicamente franciscana, y en el aspecto profano, interesar a los jóvenes en el conocimiento del ambiente moderno y de las '1lanifes– taciones artísticas y literarias; bJ el apostólico: fomentando criterios de acción responsable y de experiencias en equipo y cultivando un clima de colaboración y coordinación con otras instituciones similares; cl el recreativo; con un tono de modernidad, dignidad y formativo. P. SILVERIO DE ZORITA.-Cree que "las Juventudes Franciscanas han estado de– masiado sometidas al criterio personal de cada director y, de ahí que, a cada cam– bio directivo, se produzca inevitable desorientación". El director --continúa- "no es el hombre genial que todo lo tenga que hacer él. Debe, por el contrario, formar un equipo responsable entre la juventud, que se encargue de todo, para que haya más libertad, más amenidad y mejor organización... Esta demasiada beligerancia al Padre director y muy poco, o nula, a los jóvenes responsables. es 181 causa de la carencia df' vitalidad de las asociaciones juveniles". P. LFANDRO DE Bn:JJAO.-•Insiste en la necesidad de un Reglamento, de locales ade– cuados y de acertada dirección y convivencia del director con los jóvenes. En cuanto a "nuestras juventudes", estima que deben distinguirse dos grupos: uno de juven– tudes de selección, "con un programa de vida espiritual, un programa serio". y es· el caso de las Juventudes Franciscanas; y otro de "de juventudes de mera conviven– cia cristiana, sin imponerles un programa rígido, sino sólo que actúen apo,stólica– mente a nuestro lado" ... Lais del primero deben ser preferidas; pero las del segundo no han de ser olvidadas... P. MATEO DE ENCINAS.-Asegura que "se impone ciertamente una reglamentación", no sólo "con normas taxativas de rezos y comuniones mensuales, cuanto de sefi.alar objetivos y medios". Y en cuanto a los objetivos,· señala: 1) formar hombres de con– vicciones cristianas realistas; 2) de acción eficaz. decidida y certera; 3\ despertar la generosidad y la audacia en el vivir apostólico; 4) ofrecerles un auténtico espíritu franciscano, P. ROE!i1RTO DE LANGAYO.--A modo de principios, propone lo sigúiente: "Para que

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