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Comunicaciones Responden a las cuestiones de la encuesta: modo de particip'.lr Pn el ap0stolado d8 minorías; modificación de nuestros procedimientos tradicionales por los nuevos; conveniencia de un ensayo en nuestros ejercicios de comunidades; modo de capa– citar algunos religiosos para este apostolado. P. EUSEBIO DE PFSQUFRA.--Dos cosas fundamentales se requieren para participar en los movimientos de apostolado de mdnorías: capacitarse y vivir "apostólicamente'' la empresa. En cuanto a la capacitación, juzga de grandísima importancia disponer de medios: iibros, asistencia a cursillos teóricos y prácticos. visita a centros. etc. Pero es aún de mayor importancia el esfuerzo serio de la autopreparación a base de trabajo personal. de ejercicio y constancia. La segunda condición: vivir "apostó licamente.. la empresa significa vivir nuestras actividades hacia los demás en plan de apóstoles, enviados e instrumentos de Dios. Es también de suma importancia no dedicarse simultáneamente a demasiadas cosas: hay que saber limitarse para que no se frFstren las grandes posibilidades. No cree que sea necesaria una esc11eta de– terminación sobre hasta qué punto los procedimientos nuevos han de modificar los nuestros tradicionales. Lo que mayormente importa es proceder siempre con santa rectitud y alma abierta. para ir viendo y entendiendo sagazmente qué inovaciones ''l'esultan", y qué otras son mera concesión al "snobismo·•, o a un cierto afán dA dis– tinguirse de los otros. Valdría la pena intentar algún ensayo en nuestros ejerci– cios de comunidades. porque la predicación de nuestros ejercicios car2ce frecuen– temente de interés. En cuanto a la capacitación de algunos religiosos para tales apos– .clados, hay que andar con tiento en la selección para no escoger religiosos que lue– go apenas rindan por su superficialidad, por su poco espíritu, por su falta de cuali– dades sobresalientes, o porque confunden el "turismo" con un trabajo serio. P. QUERUBÍN DE LEóN.-·Hay que pedir y buscar facilidades para una esper:ializa– ción y participación en los movimientos de apost-0lado de minorías, y poner luego una buena voluntad de colaboración con los demás religiosos y clero secular. No hay que aferrarse a la idea tonta de que nos bastamos a nosotros mismos y que somos, o hP– mos sido, más que suficientes en la cuestión de predicación organización de Juven– tudes o Hermandades. Tenemos mucho que aprender, copiar y superar, y esto sólo se logra con una buena dosis de humilde eclecticismo y sano juicio común. Los pro– cedimientos nuevos han de modificar los nuestros tradicionales hasta aquel punto pl'eciso que les dé eficacia. atendidas las circunstancias actuale:s. Esto es, por otra parte, vivir el principio ínteligente de la "acomodación" que la misma Iglesia va viviendo e imponiendo. Tradicionalismo sí, pero no tanto que no sepamos dar el tono espiritual en el minuto concreto del año 61 que nos toca vivir. En cuanto a la con– veniencia de algún ensayo en nuestros ejercicios de comunidades, sería benpficioso el intercambio con predicadores de otras provincias y la asistencia a ejercicios en rasas dedicadas a ello, buscando no sólo el provecho espiritual individual. sino la fonnación apostólica y el contacto con otras experiencias, siempre aleccionadoras. En la capacitación para tales apostolados, juzga necesaria la asistencia a ejercicio,<;, cursillos, ejercitaciones. etc., y suscitar el interés en los predicadores para que co– n0zcan, comparen y practiquen. P. JOSÉ CALASANZ DE LA ALDEA.-Los apostolados de minorías exigen especiaíización; los profesores de cursillos, los directores de ejercicios y ejercitaciones deben tener una preparación especializada, y 1es conviene asistir a diversos centros para no dejarse influenciar en exceso por métodos particulares. Los nuevos métodos ha.11. de salvar la esencia del franciscanismo de los nuestros tranicionales. Es totalmente inadmisi– ble que se nos den ejercicios espirituales ignacianos: son estilos de vida distintos, orientaciones distintas, espiritualidad distinta. Debemos más bien esforzarnos para crear unos ejercicios de orientación, de sabor y contenido seráficos. Con una en– c1;esta sabríamos quiénes son los descontentos de los métodos tradicionales y porqué, y se podría llegar a un esquema bastante unitario y eficaz compulsando opiniones 40
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