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Ponencia 16 EQUIPO DE MISIONEROS Por el P. BUENAVENTURA DE SANTAMARÍA El ponente presentó oficialmente y comentó el articulado del Reglamento del Consejo de Apostolado en lo que se refiere al tema de las misiones: 1.ºl Secretariado de Misiones y, 2.o) Equipo de misioneros. Este Secretariado y su equipo han sido los motivadores de la puesta en marcha de la presente organización. Actualmente son los que tienen una tarea más clara e inme– diata y pueden marcar la pauta de actuación para los demás secretariados y sus equipos de acción. l. El Secretariado de Misiones se hará cargo de las misiones extraordina– rias que hayan de contar con más de diez misioneros. La problemática de una gran misión no es cuestión sólo de volumen, sino de evangelizar con eficacia las instituciones y centros comunes de influencia, de renovar las costumbres colectivas, de organizar en un plano regional la perseverancia. Es algo distinto de las misiones aisladas. Para preparar y organizar estas grandes misiones se requiere, cada vez más, auténticos especialistas. El Secretariado tiene la misión de ir formándolos para contar siempre con un personal que pueda responder con garantía. Sobre todo, el Secretariado cuidará de formar directores de grandes misiones. Además de estas actividades, compete al Secretariado de Misiones informar a los misioneros, relacionarse con los otros organismos de misiones, editar el Anuario correspondiente, recoger los informes. Todas estas actividades piden religiosos entregados, que puedan irse capacitando por una dedicación pre– valente, metódica y reflexiva. Cuando contemos con un Secretariado eficiente, un grupo de dirigentes especializado y unos métodos probados, podemos situar– nos a la vanguardia de las instituciones misioneras. 2. En todos nuestros Congresos de Apostolado se ha suspirado por el "equi– po de misioneros". Será difícil lograrlo, pero es necesario. No basta ya tener magníficas individualidades misioneras. Se precisa un equipo de especialis– tas de misiones que sean capaces de organizar y desarrollar una gran mi– sión con garantía. La fórmula de solución que acepta el Reglamento es: nom– brar a un equipo básico -unos die~ que, durante ciertas épocas del año -octubre a diciembre, febrero a abril-, quede a disposición del Consejo de Apostolado para atender a las misiones de mayor importancia. El nombra– miento para este equipo lo hará el P. Provincial, a propuesta del mismo Con– sejo de Apostolado. Se intenta conseguir no el ideal, sino algo básico, inicial y modesto. En torno a este grupo podrán dar misiones otros muchos, pero siempre se con– tará ya con una garantía y no habrá que improvisar todo el conjunto. Los del equipo servirán de aglutinante y de técnicos para desarrollar un plan de conjunto. No es necesario que estos misioneros estén agrupados en un mismo con– vento. Tendrán s'us reuniones de estudio -el equipo puede ser un magnífico 36

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