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P. 81 GISMUNDO .DE SANTIB.;\.ÑF:Z.-No tiene elaborada ninguna teoría personnl sohrr la organización de la misión, pero cree que se debe hacer una profunda renovación en la temática, pues urge una adaptación de la misión tradicional a las necesida<les presentes. En Holanda, Francia, Italia y otras naciones, el modo de misionar está más acomodado a los tiempos, y aunque no debamos imitar totalmente sus métodos, porque nuestra circunstancia social y religiosa no es la misma, Bi podremos aprender mucho para nuestra renovación, que debe comenzar por llegarse a una nueva defi• nición de "misión", y sobre ella, elaborar una temática y organización adaptad;is al fin. En sus 23 años de mdsionero, el comunicante se ha ceñido a lo tradicional, con la variación de aumentar algunos actos de la misión; pero la expr,riencia Je induce a pedir una renovación de la misión, que asegure frutos más duraderos. Estima, para ello, que la misión ha de ser por zonas homogéneas, bien estudiadas pór las comisiones, con informes precisos a los misioneros, y que los nli5ic,neros sean especializados. El director ha de tener una preparación especialisima, que le de prestigio y salve la eficacia; él es el responsable de la coordinación. En la mi– sión tradicional. el clero diocesano se inhibia por completo; hoy su actuación es l!ecesaria: es el gran medio para la continuación del fruto de la misión. Refiere que en cierta ocasión le decia un misionero capuchino francés: ..Lo primern q1:e hay que hacer es misionar al obispo, al párroco y a los demás sacerdotes. De otro modo, no hay nada que hacer.. :· En las misiones modernas la actuación del clero diocesano es de absoluta necesidad; y Jo mismo podemos decir de los religiosos. e incluso de las organizaciones seglares de apostolado. Ha llegado la gran hora del apóstol seglar. P. CASIMIRO m BILB.lü .-En la organización de una misión se han de tener en cuenta: el lugar, el público, la propaganda y las comisiones. Es imprescindible un local misional capaz, decente y cómodo. Sí hubiera que emplear algún lugar profano (cine, almacén, fábrica) cuídese de ambientarlo con decoración religiosa (crucifijo. imágenes, pancartas, etc.). La gente acudirá más gustosa donde haya orden, colo– cación, limpieza, recogimiento, buena audición. El público del acto general de misión ceberá ser de todas las clases; pero se hace imprescindible la diferenciación doc– trinal por conferencias particulares a los distintos grupos. El director cuidará de que estos actos secundarios y complementarios no desvirtúen la solemnidad y efi– cacia del acto general, que debe seguir versando sobre las verdades eternas. En cuanto a la propaganda, su fin es triple: informar, formar y animar. O si se quiere: •c:\ifusión-penetración-exaltación de la idea misional. Habrá que utilizar todos los medios modernos de difusión. He leido que en algúna ciudad las telefo– nistas llamaron a todos los abonados invitándolos a la misión. Por último, las comisione3 deben componerse de varias personas técnicas que dirijan las distintas actividad.es , sin olvidar nunca al clero diocesano a la hora de formar estos orga– nismos. No hubo coloquio, por falta material de tiempo. Sesión en el Seminario Seráfico de El Pardo Como una de las finalidades de este Congreso de Apostolado era sumarse a los diversos actos con que la provincia viene celebrando las Bodas de Oro de nuestro Seminario Seráfico, el Congreso se trasladó en pleno, en la tarde del día 25, a El Pardo. Reunidos en el salón de estudio los congresistas, profesores y alumnos, el M. R. P. Provincial pronunció una breve alocución, en la que exaltó la solemnidad de esta fecha, que debería quedar señalada ·'con piedra blanca" en los anales del Seminario, y enumeró y comentó los m-0tivos de esta reunión: acto de culto a Santa Maria de los Angeles, ti– tular de la iglesia,, y al Santísimo Cristo yacente; recuerdo emocionado a 29
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