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en volver a lo genuinamente ··franciscano.. ; por consiguiente, a la vida apostólica. 5.ª En San Lorenzo de Brindis tenemos el acabado paradigma de este empeño capuchino: fue apóstol en plenitud, y siempre en la línea del "ora– tioni et ministerio verbi instantes". En su ministerio de la palabra resalta– ban estas tres cosas: el asiduo orar con que lo acompañaba, el estudio y pre– paración seria de sus predicaciones, y el celo que en ellas ponía. 6.ª En nuestro Santo Doctor debemos ver, no sólo lo que "ha sido'' en su mejor realidad histórica nuestro apostolado, sino lo que "debe seguir siendo'': a) ministerio de la palabra, ante todo; b) ministerio ordenado prefe– rentemente al "pueblo", como el de Jesús, como el de los Apóstoles; e) siem– pre que las circunstancias lo pidan, aplicación diligente a otras variedades de apostolado, como el Santo con judíos, protestantes, etc.; d) tener seria– mente en cuenta que la eficacia de la palabra depende muchísimo de la oración, la ejemplaridad de vida, y el estudio serio de preparación remota y próxima. Concretando: las características de nuestro apostolado son las que se de– rivan de lo anteriormente dicho, con el complemento de las que apunta San Pablo en dos líneas de su Ep. I a los Tes. (5, 10): "Nuestro Evangelio no tue de palabra solamente, sino también con fuerza y Espíritu Santo, y plena convicción." Como comentario de esto cita unas acertadísimas palabras de monseñor Angel Herrera en su primera alocución pastoral como obispo de Málaga, y una anécdota del santo cura de Ars. Comunicaciones Responden a las preguntas de la encuesta del ponente: lCaracterística esencial de nuestro apostolado?-La predicación popular (PADRE BALTASAR DE MATALLANA). Predicación profunda y netamente evangélica (P. RA:l,HRO DE YUDEGO). No tenemos característica especial o ,esencial, aunque debe haber en nos– otros predominio del apostolado popular y social (P. GENEROSO DE BARCENILLA). Im– posible señalar la característica esencial de nuestro apostolado; pero lo que debe caracterizar nuestra predicación es lo moral y lo popular (P. BUENAVENTURA DE CA– RROCERA). ¿y de los capuchinos de Castilla en particular?-Ninguna que nos distinga de los demás predicadores o misioneros (P. GENEROSO DE BARCENILL.t!.). Hemos sido quizá una de las provincias que más fieles han permanecido al espíritu evangélico de nuestra predicación (P. RAMIRO DE YUDEGo). Preferentemente moral y juntamente popular (P. BUENAVENTURA DE CARROCERA). ¿cuál es la técnica nueva que debemos adoptar?-Hay muchos criterios. Cada caso debe estudiarse en concreto (P. GENEROSO DE BARCENILLA). Si por técnica nue– va se entiende nuevas iniciativas, modos y métodos nuevos de difundir la verdad, me parece muy bien; pero la nueva técnica no debe suponer exclusivismo por lo nuevo, ni mucho menos desprecio o abandono de lo tradicional (P. BUENAVENTURA m: CARROCERA). Hemos de aprovechar todos los adelantos modernos sin poner en peligro "la propia fisonomía o nuestros peculiares rasgos'' (P. RAMIRO DE YUDEGO). ¿Hemos de renovarnos fundamentalmente?-No; basta con renovar algunos pro– cedimientos (P. BALTASAR DE MATALLANA). Muy bien una renovación de forma. pero no de fondo (P. BUENAVENTURA DE CARROCERA). El fondo y la doctrina no tienen por t!J.Ué ser renovados; basta su adaptación (P. RAMIRO DE YUDEGO). No es necesaria una 8

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