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:i\íasamagrell, febrero 28 de 1948 Srta. Isabelita Elche Pamplona El Señor nos dé su paz ARISilVIA y muy recordada Isabelíta en los Sacratísimos Corazones de Jesús y ]\:faría: Quiera el Señor al recibo de estas lí– neas te encuentres más tranquila y serena que en el mo– mento en que te pusiste a escribirme. ¡ Pobrecilla ! ¡Qué con– gojas, qué temores! Pues mira, Isabelita, a pesar de verte tan afligida, algunos dP tus párrafos mp han hecho som·pfr. ¿ Conque no eres maestra, uo te gusta la ensefümza. y cuen– tas con escasas aptitudes? Escucha y contesta a 1a pregun– ta que te voy a hacer. ¿ Cuál es el móvil que te im1,ulsa a abandonar todo y pe– dir precisa y únicamente el ingreso en nuestra digna Con– gregación? Sin titubear sé que contestarás: La santifica– ción de mi alma y la de los Jemás mediante las Reglas y Constituciones. lVIuy bien; pues si m,í es, ¡, qué concepto tienes formado de ella? ¿ Piensas que solamente admite en su seno aspi– rantes doctas e ilustradas'! Echa una mirada al Colegio Apostólico, a los discípulos de Jesús... hallarás un Lucas doctorado; un José Arimatea personaje distinguido y acaudalado; un lVIateo ilustrado; pero también un Pedro rudo e ignorante cuya ciencia consistía