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el nido sólo a la golondrina o posarse en los brazos de Cristo a la paloma, y no al cuervo. "El Hijo del Hombre no ha venido para condenar al mundo, sino para que el mundo se salve por El". (Juan 3,17). No juzguemos a nadie, a nadie llamemos "raca y pajarraco". El "pajarraco", -el pecador-, si alguien no se lo impide, puede ganar la delantera a la golondrina y re– construir su vida al amparo de la cabeza de Cristo. 64