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15 Manos que curan. En cierta ocasión leí un víacrucis escrito desde la consideración de las manos de los personajes; las de Pila– tos cuando se lava, las de Jesús cuando abraza la cruz, las de María cuando las tiende al paso de Jesús, las del Cire– neo ... "De todas las manos que se tienden para ayudar a nuestro prójimo, no hay ninguna que se pueda comparar con la mano que cura las dolencias, el dolor". Estas pala– bras de un médico, el Dr. Antón Rupert, que presta gra– tuitamente sus servicios en la población sudafricana de Leshoto, me permito ofrecérselas a nuestros médicos. Actualmente se está hablando mucho de la "deshu– manización de la medicina", que en última estancia, resul– ta la "deshumanización del médico". Si la medicina se deshumaniza reduciéndose a mera técnica curativa del cuerpo y el médico desvalora el trato, el contacto humano directo con el enfermo, es incalculable el desprecio o la indiferencia social a la que podemos llegar. La relación del médico con el enfermo se enraíza en la teología del cuerpo, como integrante de la persona, que es por encima de todo Hijo de Dios. "Estuve enfermo y me visitaste", es un capítulo decisivo de examen de con– ciencia para todos, pero sobre todo para aquellos que por vocación eligieron la profesión de médicos. La misión del médico es ardua, difícil, porque ha de estar inclinado siempre a los demás, en su aspecto más 51
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