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10 La leyenda acompaña la vida La leyenda es la flor de la historia. El adorno de la realidad. Como la guinda sobre la tarta. Un hecho impor– tante, un acontecimento bueno o malo, narrado sin adita– mentos de fantasía y emoción, podrá ser muy real, la his– toria lo contará, pero, rara vez, levanta y enciende el en– tusiasmo de un pueblo... No hay pueblo, religión, fami– lia, apellido, que no tenga su leyenda... Se equivocan quienes quieren separar la historia de la leyenda, que en la mayoría de los casos no es más que la historia, la realidad de los hechos, contados desde la emo– ción. La leyenda no es la realidad. La realidad está debajo de la leyenda, la verdad subyace tras el adorno del cuen– to, de la parábola, de la fantasía. "NUESTRA SEÑORA DE LAS NIEVES" es un título que se da a la Virgen. "Nuestra Señora de las Nieves" es lo mismo que "Santa María la Mayor", la primera iglesia que se levantó enRo– ma en honor de María. Y hoy, una de las cuatro llamadas basílicas "mayores". Se eleva en una de las siete colinas de Roma, el Esquilino, desde donde Nerón contempló el incendio de la ciudad... Desde el siglo IV cuenta una narración que la virgen manifestó a un piadoso matrimonio su deseo de que se le levantara un santuario en la colina del Esquilino, nevado en pleno agosto, sobre la parcela elegida. Dicho santuario se llamó desde entonces, "Santuario de Nuestra Señora de las Nieves". 35