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143 La rija loca. Gerardo Diego es uno de los poetas modernos con más sentido cristiano y católico. Y, como poeta cristiano, cantó la Navidad. Conocidísimos son sus villancicos: "Si la palmera pudiera / volverse tan niña-ñiña / como cuan– do era una niña / con cintura de pulsera, / para que el Ni– ño la viera... ". O aquel de la espera de la Virgen: "Cuan– do venga, ay, yo no sé / con qué lo envolveré yo / con qué... ". Escribió otro villancico menos popular; pero que pa– ra mí es todo un tratado de finura y teología: el "Villanci– co del rifador". Es un alarde de delic•adeza, de pensa– miento y de rima. El poeta nos lleva -como sólo un poeta sabe hacerlo- desde la esperanza del Redentor hasta la "fortuna" de su llegada, en la que "a todos nos toca" la suerte. "¿ Cuánto me dan por la estrella y la luna? ¿Cuánto me dan por el Niño y la cuna?". Quién de pequeño no ha querido coger la luna o su– bir a las estrellas. De mayores queremos acaparar otras cosas: poder, riquezas, influencia. Dios, en cambio, asu– me la estrechez del seno materno y la pequeñez de una cu– na. "Este es el Niño sin padre ni abuelo, este es el Niño nevado del cielo". 379

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