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Aquel anuncio, magníficamente realizado, era una llamada a todos los niños de España, e indirectamente a todos los padres, sobre el uso y abuso de la Televisión. La televisión puede ser y lo es todo: formadora, informado– ra, deformadora, madre, madrastra, nodriza, alienante... .El fenómeno de la televisión, "esa huésped invitada" al cuarto de estar, en muchas casas invitada de honor, tiene un poder enorme sobre los niños. Hay madres que, inclu– so, dejan a sus niños de pecho atados en su sillita frente a la pantaHa para que las imágenes los distraigan. Bien utilizada la Tele es un medio de cultura muy aprovechable. Mal utilizada, es decir, cuando ella manda sobre el niño y llena casi todas sus horas libres, es la "ma– drastra tirana'' absorbente y despersonalizadora. La Tele está creando niños inadaptados, sin iniciati– va, faltos de interés por.cuanto no sea la magia de los co– lores y el movimiento de la pequeña pantalla. En ella todo se lo dan hecho, sin el mínimo esfuerzo por su parte. Con los ojos fijos en el rincón de la sala pierde el niño el senti– do del mundo real, se le caen los libros y la imaginación. Enmudece su conversación; se le para la actividad física y mental y sólo mantiene despiertos pasivamente los ojos y la fap.tasía. Un perfecto tocho. Este niño insaciable "televidente", es ya un enfermo sicológico que ha polarizado su tensión espiritual, física y sicológica en un único sentido. "Tele-nodriza" lo alimen– ta, lo droga. Todo lo demás carece de sentido para él, molesta, como el perrito rechazado por el niño del "spot" publicitario. Una verdadera higiene mental para nuestros niños sería reducir a espacios prudentes el tiempo de ver la tele. De lo contrario, habrá que buscar el diagnóstico de mu– chos ensimismamientos y alteraciones psíquicas de los ni– ños en los mandos del televisor. 349

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