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131 El día en que el beso fue noticia. Los políticos y el Papa Juan Pablo II no desaprove– chan ninguna ocasión para acercarse a los niños y apare– cer en los medios de comunicación social estampando un beso emocionado en la carita de una criatura. Son foto– grafías preciosas, que ciertamente llevan una intenciona– lidad: en los políticos, crear imagen, y en el Papa, mani– festar el amor y la importancia del niño. Fue el Papa Juan XXIII el que puso en circulación esta forma expresiva del beso. En una de sus apariciones en público un día ensayó un nuevo método de simpatía; además de sus contagiosas sonrisas, sus anchas bendicio– nes, sus saludos, se despachó a su gusto lanzando besos a la muchedumbre: llevaba la mano a los labios y repartía besos al aire. Al día siguiente todos los periódicos del mundo hablaban de los besos del Papa Juan. Hasta entonces, al volver de Roma, todos los pere– grinos decían que traían, como un rito en la frente para ellos o como un recuerdo para la familia, una bendición especial del Papa. Desde ese día comenzaron a decir que traían de Roma un beso del Papa Juan XXIII. Como no– ticia curiosa un día al aparecer en la ventana iluminada de su habitación para dar las buenas noches a los italianos, dijo a las madres: "Llevad esta noche un beso a todos vuestros hijos, es el beso del Papa". La verdad es que Juan XXIII pensaba que todos somos un poco niños y no quería dejarnos con las ganas de un beso suyo, un beso de padre tranquilo y calmoso. 344

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