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128 Satisfacciones de la vida. No es que uno conceda mucha importancia a las en– cuestas; pero quien vive atento a la realidad ha de saber leer en ellas su valor relativo, estimar el aspecto delata– dor, denunciante, advertidor que se esconde en ellas. Una reciente encuesta que ha caído en mis manos, me ha llenado de un gozo momentáneo: resulta que la ju– ventud española es mucho más equilibrada de lo que apa– renta. La encuesta sobre la juventud española ha sido realizada entre una muestra de dos mil jóvenes de distin– tos sexos. A la pregunta: "¿Cuáles son las actividades o ámbitos personales o sociales de los que esperas mayor satisfacción en la vida?", los jóvenes han contestado, en su mayoría, que "de la familia, en primer lugar, seguida de la profesión y en tercer lugar, de los amigos... ". La respuesta la considero de gran estima, por varios motivos, entre ellos, porque, sin duda de ninguna clase, los jóvenes conceden que la vida da "satisfacciones". Lo que ya es un punto valiosísimo; porque en el ámbito ac– tual de la convivencia abundan también pesimistas juve– niles que consideran la existencia demasiado amarga. Y no es poco tener los ojos claros, la mente limpia y el cora– zón dispuesto para apreciar y gozar las amables "satisfac– ciones" que la vida ofrece y que son muchas y variadísi– mas. Las "satisfacciones" de la vida humana son un ele– mento de las promesas de Dios, desde las alegrías ruido– sas hasta el humilde gozo que halla el hombre en la vida cotidiana. 338

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