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120 Ansiedad, tensión del alma. El perro de la fábula pasaba por el puente con un trozo de carnaza en la boca y al ver reflejada en el agua su propia imagen, creyendo que era otro perro que aprisio– naba en las fauces un trozo de carne mayor, soltó su presa y se lanzó al río para apoderarse de la que se copiaba en el agua. El ambicioso perro pereció ahogado ... Son muy pocas las personas que se paran en el pretil del puente para contemplar el curso que lleva su vida, po– cas las que la gozan con sosiego, las que la realizan sere– namente, sabiendo que cada minuto tiene sesenta segun– dos válidos. Parece que son más las personas que se lan– zan alocadas de cabeza a la corriente y bracean desespera– das o se ahogan en el torbellino de sus propias ansiedades y angustias. La "ansiedad" es una enfermedad del hombre ac– tual. La ansiedad es, fundamentalmente, vacío de algo. Y el ansioso, una víctima infeliz que nada le satisface. Des– de un punto de vista sicológico podíamos describir la an– siedad como una tensión del alma por conseguir algo que provoca siempre un mayor desasosiego en la persona. No hay que confundir la ansiedad con la noble ten– dencia a la superación, ni al ansioso con aquel que se pro– pone una meta y trabaja constante y metódicamente por conseguirla. 322

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