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Cuando salimos a la jornada diaria con buen ánimo, dispuestos al bien, con las potencias del alma limpias, es– toy seguro que aun en las cosas más difíciles, encontrare– mos un techo por donde entrar. "Nuestra capacidad viene de Dios" (2 Cor. 3,5), que activa con su inspiración en todo nuestro ser. Y Dios es creativo, original, inesperado... , abierto a nuevas y feli– ces iniciativas. Somos excesivamente calculadores. Un dibujante había compuesto tres cuadros. En el primero, un hombre intentaba escalar una tapia, otro ponía el hombro para ayudarle y un tercero, arriba, tendía sus brazos para su– birlo. En el segundo cuadro, el de arriba, se quedaba .có– modamente sentado. Y en el tercer cuadro, el hombre que estaba en lo alto daba puntapiés al que intentaba escalar la tapia. Si queremos hacer el mundo más transparente, lim– piarlo de egoísmos y torpezas; si queremos re-crearlo (volverlo a crear) cada día y conservar el valor para "ten– der las manos a cualquiera"..., tenemos que actuar al es– tilo de Dios, que no solamente irrumpe generosamente en la historia del mundo y en la vida de cada uno, y le abre el corazón, sino que lo hace brillantemente, con imagina– ción... Tanto que un día se imaginó ser hombre... , yapa– reció entre nosotros. ¿Por qué nos proyectamos tan fríamente pragmáti– cos y no estimulantemente más espirituales e imaginati– vos? Es sólo una pregunta. 313