BCCCAP00000000000000000000396

113 Los ~'niños-monito". Los pobres de las ciudades son los primeros que se despiertan, porque duermen debajo de los soportales o en los entrantes de comercios y edificios públicos. A ellos no les interesan las noticias que a nosotros nos enredan, por– que no tienen transistor, ni lo necesitan: la gran noticia de su vida es su propia pobreza, aquí y en cualquier parte del mundo. A los niños, tan importantes en la sociedad y en la familia, si son pobres, se les ve pidiendo, sentados en las aceras, a las puertas de las iglesias, o vendiendo pañuelos de papel en los semáforos o a la expectativa de cualquier ratería. Alargan la mano impertérritamente; recitan al– gún lamento de sus penurias y las de su familia... , y, ''a lo que caiga" de los transeúntes. Pedir limosna, por el ~rte y el método que sea, cuan– do hay necesidad, es hoy para muchos vital. Los demás sentimos un remusguillo en le más sensible de la concien– cia. Viajando no hace mucho tiempo por Brasil, sentí ver– güenza de "ser turista". Frente a la Bahía de Salvador . . nos explicaba el guía la historia de su descubrimiento por los portugueses y la belleza del paisaje; después mirando a unos niños que nos seguían y haciéndoles un guiño nos dijo: "ahora van a contemplar ustedes a los niños - moni– to ". Inmediatamente tres niños comenzaron a gatear por el tronco de una palmera como auténticos monos. Des– pués alargaban la mano pidiendo la recompensa. Eran unos niños, flacos, simpáticos, resignados y mal vestidos. 308

RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz