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111 Dominar el soplo de las narices. Nos pasamos la mitad del tiempo discutiendo. Me comentaba un amigo mío sicólogo que la actitud general de la mayoría de las personas hoy es de "irritabilidad". Es decir la del "no me pinches que salto". Y sin embar– go, estamos determinados al "diálogo" con Jos demás hombres, y con los seres todos. Y somos personas más equilibradas en la medida en que nuestra relación con ellos sea más armónica; porque el otro, persona, animal o cosa, es, en cuanto ser, tan importante como yo, ni más ni menos ... Hasta la misma "Encarnación" de Dios reside, no en que se hiciera hombre, sino hombre dialogante. Es lo que llamamos "humildad de Dios", entendida la humil– dad no como condición pobre de vida terrestre, sino co– mo actitud de amor, accesibilidad, cercanía hacia los hombres, con los que se iguala. No está de más reducir a unos puntos clave la estra– tegia de nuestras relaciones, de lo que ha de ser una con– versación bien llevada, ya que todo lo que tiene de fácil discutir y airarse, lo tiene de menos fácil conversar y dia– logar. Las reglas del juego de un buen entendimiento -para evitar posos de irritación en el alma- y no dejar el amor malparado, serían estas: 303