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El hombre es social por naturaleza. Busca hacer cuerpo vivo con otros. Una civilización que mate la fami– liaridad o no la valore o se· encamine por equivocadas concepciones del hombre a su destrucción, se encuentra en grave peligro. ¿Nos estará ocurriendo ya esto? Se dice que dentro de poco tiempo, unos cuantos años, el hombre podrá conversar con un ordenador. Se está trabajando por conseguir una máquina parlante ideal que pueda captar, interpretar y comprender el mensaje de la voz humana y responder. Pero lo curioso del caso es que la máquina sólo podrá contestar lo programado, lo que el hombre le haya metido antes en el intrincado cere– bro mecánico, sensible a un único tono, intensidad y acento. La técnica no puede resolver el complejo de soledad del hombre. Dentro de poco los "ordenadores parlantes" serán huéspedes habituales de muchas casas ... ; pero una ¡pena!, no tienen corazón sensible, ni aman. La era de la técnica no puede suplir la fe que necesi– tamos de Dios y del hombre, el amor espiritual y corpo– ral, al mismo tiempo. Una máquina jamás podrá ponerse en sintonía con la alegría, la angustia, el sentimiento o el anhelo de un corazón humano. Si usted tiene hoy necesidad de comunicación busque a sus hermanos los hombres, aparezca sonriente en fami– lia, sea educado con sus amigos, y si, en la soledad del al– ma requiere compañía, en la oración oirá la voz de Dios y en el tono que el estado de su espíritu necesita. Compara– da con un coloquio íntimo, qué pequeñita se queda la téc– nica. 302

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