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Dios aletea en todo ser; en el agua, en el sol, en los bosques, en las montañas, en las florecillas, en el corazón del hombre. Quien no sabe encontrar simbolismos a las cosas, se ha quedado sordo y ciego. "El hombre es el ser capaz de leer el mensaje del mundo. Nunca es analfabeto". (Boff. "Los sacramentos de la vida"). Me agrada afirmar que no tenemos cinco sentidos. Sino cinco ventanas de comunicación. Cinco formas de lenguaje, por los que entendemos y hablamos, por los que manifestamos nuestro mundo interior y captamos los mensajes externos que nos llegan. Por las ventanas de los sentidos leemos e interpretamos que el mundo está lleno de resonancias. Que hasta lo más efímero es señal de lo divino permanente; que lo temporal evoca la realidad de lo eterno... El universo es el gran sacramento de Dios ... Jesús hace del "agua" símbolo del Espíritu por el cual el hombre da frutos de plenitud. "El que cree en Mí de su seno correrán ríos de agua viva". Dios como fuente de vida se halla especialmente pre– sente en la belleza. Yo le he sentido muchas veces, pero nunca de forma tan arrebatadora como en aquella belleza grande y espectacular de las Cataratas de Iguazú. Aunque también se nos manifiesta en la minúscula flor. Con una diferencia: que en las cataratas de Iguazú, por ejemplo, la visión y el hondo fragor del agua aniquilan el tiempo y el ánimo queda suspendido en el poder del Creador, mien– tras en la florecilla, en lo pequeño, uno sonríe ante la deli– cadeza de Dios... El chorro de agua que has cogido entre tus manos para lavarte, lo tomó Jesús como símbolo de una realidad divina para decir: "Yo lavo lo feo, lo sucio, lo pecamino– so del mundo". Así de sencillo. 296
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