BCCCAP00000000000000000000396

88 La monja payaso. En una carta del P. General de la Orden de los her– manos Franciscanos Capuchinos, he leído esta frase: "El pesimismo es el optimismo que ha perdido la alegría". Acertadísimo. Así la alegría se convierte en algo sustan– cial y necesario para VIVIR. Qué cierto es que, además de manifestar simpatía y afecto a los demás, lo podemos hacer de mil y una for– mas, menos con cara triste. Yo nunca había visto una monja "payaso", ¿y usted? - "¿A qué se dedica, hermana?". -Le pregunté. - "Me dedico a trabajar y atender a los ancianos. Soy directora de una residencia en el Cadilac Nursiug de Detroit en los Estados Unidos, pero los tiempos libres "soy payaso". La verdad es que me dejó sorprendido. - ''¿Payaso, payaso? -interrogué-admiré como quien no ha oído. - "Sí. Participo en una agrupac10n de "clowns" que dedica sus tiempos libres a llevar alegría a los niños, a los ancianos sin familia, a los enfermos. Así el dolor es menos dolor". Me sonrío y pido disculpas, porque nunca había ha– blado con una "monja-payaso". 249

RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz