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85 Limosna de urgencia. Llega el frío. Y los pobres nos parecen más pobres. "Los pobres, en el/río de su pobreza -escribía San Anto– nio de Padua- hacen asiento cerca de los vallados, donde habitan en la incomodidad... , y con la limosna se consue– lan". Doloroso, pero real. Aún hoy. San Judas, no el traidor, sino el hermano de Santia– go y apóstol de Jesús, escribió una carta muy breve en la que después de saludarnos con la misericordia y el "amor abundantes", denigra a los que banquetean abundante– mente... , y termina pidiendo que "mantengamos la c-a-r– i-d-a-d del Señor". En torno a este santo apóstol se han creado muchas obras de beneficencia, sobre todo en His– panoamérica. Es evidente que la beneficencia, la limosna, tiene que ser sustituida por otra cosa. Y todos sabemos que esa otra "cosa" es la justicia social. Que es la sociedad, comen– zando por los poderes públicos los que han de encargarse de los pobres, ancianos, vagabundos y desvalidos. Pero... no lo hacen. Las instituciones benéficas y organizaciones de cari– dad han cumplido en la historia, y cumplen hoy, una la– bor verdaderamente humanitaria. Desde los primeros si– glos del Cristianismo hasta nuestros días, quienes han tra– bajado y trabajan con los menesterosos saben que su for- .. ma ,de hacerlo no es ideal y esperan ver un día cubiertas las necesidades de los desvalidos por imperativos de justi– cia, que es deber de toda la sociedad... Sin embargo... 243
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