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TRANSITAR POR LA CRIANZA DEL HIJO". En ellas se estimula a desechar métodos violentos contra los pequeños y animan a las buenas maneras y a la ternura con ellos. "Amar", "mimar", "estimular" son verbos de ac– ción positiva que desarrollan la vida espiritual y social y las virtudes del niño... En cambio "violencia", ''castigo'', ''sobreprotección '', '' culpabilizar' ', ''humi– llar", "castigar", sin más ni más, "pegar", son formas abominables que engendran encono y futura revancha. Ciertamente que educar, (crear una equilibrada per– sonalidad humana, espiritual y moral) no es dejar pasar al niño por todos los caprichos, exigencias y simulacio– nes. Pero un niño "querido", que se siente afectivamente integrado, acepta con facilidad las negativas razonables. "Mimar" quiere decir que el amor y el afecto consti– tuyen algo tan fundamental en1a educación, que quienes han carecido de ellos arrastran un desajuste síquico para toda la vida... "Estimular" consiste en adoptar frente al niño una actitud animadora para despertar en él los valo– res íntimos de su persona... Abrirle los brazos hacia el bien y la verdad... Es el evangélico: "dejad que los niños se acerquen... No se lo impidáis". El distanciamiento en la educación inhibe y puede llegar hasta matar el germen de las virtudes. En la "violencia" y el "castigo", los padres vierten con frecuencia los posos de hiel que una sociedad acelera– da y violenta nos va dejando en el corazón... Dios que trata al hombre con la ternura de una ma– dre, -como escribe San Pablo- llena de reservas de amor el corazón de los padres para que lo ofrezcan como alimen– to de vida a ese ser inacabado que es el niño. 240

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