BCCCAP00000000000000000000396

creen sus vecinos. Ponerse de puntillas para avizorar el futuro y temerlo, no es vivir. Se vive mal o bien el "aho– ra". O no se vive. Cada paso es un punto de partida y una meta de llegada. El "ahora es lo importante": "Ahora se ama o se odia, se tiene hambre" (Luc. 6,21). En el "aho– ra" está la "ocasión aceptable y el momento de la salva– ción" (2 Cor. 6,2). Si se tratara de decir "sin convicción" y sin calor la frase: ¡Feliz Año Nuevo!, nos podríamos ahorrar pala– bras, cartas, tarjetas y llamadas .telefónicas. Pero estoy convencido de que no es así, de que sin deseos sinceros de paz y de amor nada bueno acontecería a lo largo del año ... Aún más, el sólo hecho de plasmar la frase por es– crito o de pronunciarla implica superación. A nuestro ánimo, a nuestro corazón le aprovecha dar salida a ese empuje instintivo de bondad que todos llevamos dentro. Nadie es sustancialmente malo. Y ni los acontecimientos más feos y oscuros que hayamos tenido que sufrir pueden cerrar las ventanas a optimismos y deseos humanos. Santa Teresa de Jesús escribe de sí misma que "es– tando una vez muy inquieta y alborotada, Dios le dio a entender que nunca se le ocurriera pensar que "tuviera abandonado el mundo". Y califica el desaliento como la "bobería del alma caminando al hilo de la gente... ". Hay que caminar no al "hilo de la gente" comenta– dora pesimista y angustiada. Sino al hilo de quien desea siempre las mejores metas, aun sabiendo que son inalcan– zables del todo... Dios mira el presente y manda construir el futuro, y hasta la eternidad, con el instante que tene- " mos entre manos. Creo en el instante en que vivo, aunque ese instante sea doloroso y hambriento. Lo importante es vivir espe– ranzado. La vida y los años se hacen paso a paso, zanca– da tras zancada, asentando bien el pie y la atención. 20

RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz