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ESPERANZA.-Ilusión de después, de mañana, de muy pronto, que anima a ser mejores, a trabajar, a que– rer... No está lejos, en el horizonte... Está ahí como re– compensa y fruto del esfuerzo, de la faena, del sudor. AMOR.-Dar y recibir no cosas, sino a uno mismo, lo íntimo, lo mejor: Del apretón sincero algo se fecunda, algo nace: un hijo, una acción, la donación espiritual, el sacrificio o la muerte por otro, por otros. MAR.-La mar. Siempre cambiante, siempre nueva en color y en movimiento. Siempre misterio, tentadora y peligrosa. Reflejo del cielo. Guarda caminos de aventura y faenas pesqueras. El mar. La mar. AZUL-A él miramos ... , cuando esperamos la llu– via o cuando Jesús asciende. Nos da lejanía. Nos invita a subir del cascajo de la vida. Y nos manda la esperanza. ¿Por qué será que el azul se une siempre a lo limpio? DIOS.-Nos llena. Dios nos sumerge. Lo sentimos como en plenitud de lo bueno, lo bello y lo inmenso. To– do bien, sumo bien y total bien. Nos rodea dando ser y claridad a todas las criaturas. BELLEZA.-La admiramos como ofrecimiento go– zoso. Está ahí como gratuidad en las cosas: sol, cielo, mar, tierras, árboles, flores, montañas... En el hombre, en el niño, en la mujer. Es armonía, color, luz, propor– ción. Existe en lo grande y en lo pequeño. Tenemos el de– ber de recibirla, de acogerla. AMISTAD.-Acercamiento respetuoso. Relación en sinceridad. Gozo de mirarnos, hablamos, comprender– nos, ayudarnos. Y después decirlo con palabras del cora– zón, calientes, densas, que llevan toda la persona. Así, amistosamente, amigos. 18

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