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49 Miente el hombre, pero la vida no. No sin cierto humor, aunque sí con verdadera inten– cionalidad ética y un trasfondo evangélico, me atrevo a decir a nuestros políticos que tienen que pedirnos perdón a los españoles; a estos a quienes, unos llaman pueblo, y otros ciudadanía. No. No me he equivocado. ¡Pedirán perdón! Jesús de Nazaret, que vino a superar toda medida en la concordia y a establecer las bases de su Reino de paz, dijo: "Habéis oído a los antiguos: NO MATARAS... , pero yo os digo: todo el que se enoje contra su hermano, será sometido a juicio. Y quien llame a su hermano "im– bécil" y "casquivano" será sometido al tribunal". (Mt. 5,22). Y más adelante, el Evangelio de San Mateo recuerda la insistencia de Jesús: "date prisa en componer amiga– blemente las cosas con tu hermano". Los políticos se in– sultan descaradamente ante el pueblo. Tienen que pedir– nos perdón. Dicho sea, repito, con humor, pero con in– tención ética. Todos los partidos políticos, emplean durante las campañas de elecciones, imágenes y slogans evocadores, poéticos. Detrás de cada uno de ellos, tiembla el futuro y esa incierta felicidad que constituye el anhelo humano. Las secuencias de televisión preparadas por los construc– tores de imagen de cada partido, nos ofrecen composicio– nes sugeridoras, donde lo más bello de la realidad se ofre- 153
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