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ELEMENTOS MARIOLÓGICOS EN S. PABLO 29 Hay quien afirma que san Pablo contaminado con las ideas rabínicas, encontró esta doctrina en la exégesis de los rabinos al Gen. 1,27; 2,7, donde se habla de la creación del hombre. Pero es un error, ya que según los historiadores esta interpretación se encuentra sólo en los escritos rabínicos de la Edad Media, y por otra parte nada tiene que ver con la concepción del Após– tol, pues ellos hablan de un «primer hombre sin sexo determina– do», y de otro «varón» 15 • Para otros Pablo intentó proponer una doctrina contraria a la de Filón, el cual habla de dos hombres: el primero «celeste», el segundo «terreno». Pero adviértase que el hombre «celeste» no es para Filón el Mesías prometido a los Patriarcas; quizás no es más que una «idea abstracta, ejemplar del hombre terreno, pero sin personalidad alguna histórica» 10 • Los entusiastas de la literatura apócrifa afirman que la Cris– tología paulina no es más que una proyección de la escatología judaica, de suerte que los apocalipsis apócrifos son las fuentes, donde el Apóstol bebió su doctrina sobre «Cristo nuevo Adán». Así lo asegura con toda formalidad M. Brückner 17 , quien sos– tiene que el hombre «celeste» descrito por san Pablo en 1 Cor. 15 no es más que el resultado de la fusión de la idea de un hombre primitivo (Urmensch) y del progenitor del género humano, tal cual se describe en las Parábolas de Henoch y en el Apocalipsis de Esdras. Muy poco se necesita para darse cuenta de que el Cristo de la literatura apócrifa nada tiene que ver con el «hombre celeste» de san Pablo. Su Mesías no es más que un caudillo nacional, que vengará con la espada los ultrajes inferidos al pueblo israelita 18 ; en cambio el segundo Adán es «un caudillo universal», Salvador de todo el género humano. Además, que antes de hacer esas afir– maciones, habría que resolver la cuestión cronológica sobre la aparición de los libros apócrifos, porque muy bien pudiera suce– der que estos libros no hayan hecho más que adulterar las doctri– nas ya existentes en el Cristianismo 19 • 15. Cf. PRAT, ob. c., 1, 203-204; A. VITTI, SJ: Theologia Bíblica. Soterio/ogia (Romae, 1932), 159. 16. Cf. ToBAC: Le Christ nouvel Adam dans la théo/ogie de S. Paul. Rv. d. hist. eccl., 21 (1925). 249-260. 17. Entstehung d. paul. Cristología, (1903), 214-217. 18. A poca/y psis Baruch, 72. 19. V1rr1, SJ: Christus-Adam «Bíblica», 7 (1926), 121-145; 270-285; 384-401).

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