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ELEMENTOS MARIOLÓGICOS EN S. PABLO 35 evangelio, nos hace vislumbrar las grandes prerrogativas de la Virgen María. Y en conexión íntima con este título de Nueva-Eva, su mater– nidad espiritual, su corredención y su mediación. La maternidad espiritual de María es una consecuencia de la unión mística de todos los hombres en Cristo que ocupa un lu– gar tan preferente en la Soteriología paulina. María es Madre de la «Cabeza» y tiene que serlo del Cuerpo. Su Maternidad debe extenderse al Cristo total, del cual habla san Agustín, cuando dice: «Totus Christus caput est et corpus. Caput est ipse Salvator nos– ter. Corpus autem ejus Ecclesia» 46 • Los cristianos son hijos de Abrahán por estar incorporados a su «descendencia», según aquello: «Todos vosotros sois uno en Cristo Jesús. Y si sois de Cristo, luego sois descendencia de Abrahán, herederos según la promesa» 47 • Y por lo mismo son hijos de María por formar un mismo cuerpo con la descenden– cia de la Mujer. Más aún, nuestra adopción de hijos de Dios al ser «hecho de una mujer» nos comunicó su filiación divina, y a fortiori, podemos concluir, su filiación de María. La maternidad de María respecto a nosotros es la prolongación y la consumación de su maternidad divina 48 • En Cristo somos hijos de Dios y de María. En cuanto a la corredención poco hay que añadir. María es constituída Nueva Eva precisamente en orden a la redención del género humano. Es evidente el carácter soteriológico del Protoevangelio. Allí esperanzadoramente se vislumbra la salvación de los hombres. Y la Mujer interviene eficazmente en solidaridad con su descendencia. En las Epístolas paulinas esta idea adquiere más luminosidad. El Nuevo Adán no expresa directamente la persona de Cristo, sino su misión y su obra redentora. El viejo Adán fue el autor de nues– tra ruina; el Nuevo de nuestra redención. Pero en la caída actuó de modo positivo y eficaz una mujer, y lo mismo, para que el paralelismo antitético sea exacto, debe ocurrir en la redención. Y la Nueva Eva es Corredentora no sólo por ser Madre del Redentor, sino por haber estado asociada estrechamente con Él 46. PL. 36, 662. 47. Gal. 3, 26-29. 48. TERRIEN: La Mere des hommes, 1, 53.

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