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8 JAVIER DE VALLADOLID mora la Santísima Trinidad según aquella promesa de Cristo: «Si alguno tne ama, observará mi doctrina, y mi Padre le amará y vendremos a él y fijaremos mansión en él» (Jo. 14, 23). La caridad es el principio de unión entre 'Dios y el hombre; aún más, es la tra– bazóµ del Cuerpo Místico de Cristo, como dice san Pablo escribien– do a los de Efeso: «Obrando verdad en caridad, crezcamos comple– tamente en Aquel que es la Cabeza, Cristo, del cual todo el cuer– po, organizado y compacto por la total unión que lo sustenta... ad– quiere su crecimiento en orden a su formación, en virtud de la ca– ridad» (Ef. 4, 15-16). También san Pablo experimentó dentro de sí esta presencia con todo ese conjunto beatífico, que da al espíritu una dulcísima sen– sación de la realidad divina. Desde que en la cristofanía damascena sintió el primer fogonazo de una revelación clarísima, desde que se «vio alcanzado por Cristo» (Phil. 3, 12), Pablo comprendió que Cristo vivía en él y dejó escapar aquella frase atrevida, que será siempre expresión de la mística más encumbrada: «Vivo... no ya yo, sino Cristo vive en mí» (Gal. 2, 20), una unión cristológica ad– mirable e íntima que, sin destruir la personalidad física del Após– tol, le absorbió de tal manera que san Juan Crisóstomo se vio obli– gado a exclamar: «El corazón de Pablo es el corazón de Cristo». Así se muestra Pablo un místico de gran altura y cuyas elevacio– nes sólo pueden seguir las almas que han llegado a gustar los pu– ros goces de la mística4. No es extraño, pues, que los críticos ra– cionalistas modernos, al querer hablarnos de la mística de san Pa– blo, no sean capaces de describirnos estas realidades divinas. Ya hemos insinuado que en san Pablo no se trata directamente de una unión teológica, sino cristológica. Y para expresar este he– cho el Apóstol hace uso de todo el colorido helénico de su lengua hasta crear construcciones nuevas, fórmulas sintéticas de un sen– tido no siempre idéntico y difícil, a las veces, de concretar. Tene– mos, por ejemplo, la famosa fórmula «En Cristo» (igual a estas otras: «en el Señor», «en Cristo Jesús»), que es fundamental en la mística cristocéntrica del Apóstol y cuyo contenido es interesan– te analizar. 4. Sobre el verdadero concepto de la mística de San Pablo consúltese la monogra– fía del P. A. :VITTI, S. J.: II Jlistie:ismo di S. Paolo nella recente indc.gíne storica: Atti della Settimana bíblica tenutasi dal 22 al 29 setembre 1930 (Roma, 1931).

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