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ARTICULOS Et 1nisticis1110 cristocéntrico de san Pablo Las líneas arquitectónicas de la teología de san Pablo -la dog– mática y la espiritual- se ajustan al canón establecido por el mis– mo, cuando escribe: «Nadie puede poner otro fundamento que aquel que ya ha sido puesto, Jesucristo» (1 Cor. 3, 11). Y el Apóstol edifica sobre Cristo su teología, o mejor su cristología soteriológica, que por ello tiene entrañablemente un carácter cristocéntrico. Ya es bastante elocuente el que en sus escritos apenas haya un versí– culo, donde no se lea alguno de los nombres del Salvador. Y así prescindiendo de la Carta a los Hebreos, se lee en su Epistolario doscientas ochenta veces el nombre del «Señor»; doscientas, el de «Jesús», y cerca de cuatrocientas, el de «Cristo». Pablo solo conoce y predica a Cristo (1 Cor. 1, 23; 2, 2,) y no quiere gloriarse «más que en la Cruz de N. S. Jesucristo» (Gal. 6, 14) . En el discurso de Antioquía (Gal. 2, 15-21) que señala unos mo– mentos de crisis en los primeros días del Cristianismo, Pablo da una c,uJ,cc,Ju.:, concentrada de su Evangelio, de su doctrina, en estos tres elementos telógicos que forman el esquema del discurso: l:a justicia por la fe, la redención por Cristo, la vida en Cristo. Cristo no solo asocia su acción a la vida de Pablo sino que la sustituye; se suprime místicamente la personalidad de Pablo, para dar lugar a la personalidad de Cristo. Y Cristo es igualmente el centro de la magnífica y amplia salutación de la epístola a los de Roma (Rom. 1, 1-17), como es el centro de Evangelio, de todo el cristianismo y de todo el cosmos. La teología paulina tiene dos estadios: la ele– mentalidad de la Cruz y la sabiduría del Misterio, y los dos conver– gen en Cristo (1 Cor. 1, 17-2, 10) En Ef. 3, 3-12 nos describe el Mis– terio de Cristo y su economía; en Col. 1, 12-2, 2, con una elevación ESTUDIOS FRANCISCANOS 65 (1964) 5-24

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