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MISTICISMO CRJSTOCÉNTRICO EN SAN PABLO 15 nal que él ha resumido maravillosamente en el lema más amplio de todo el mensaje evangélico: Omnia vestra, vos autem Christi, Christus autem Dei (1 Cor. 3, 23). Y esta mística de Cristo, esta vi– da de Cristo, tendrá su consumación en el futuro escatológico, don– de el cristiano, que aquí ha sido crucificado con Cristo (GaL 2, 19), ha muerto con Él (Col. 2, 20), ha sido sepultado, resucitado y vi– vificado con Él (Co. 2, 13; 3, 1; Eph. 2, 5, 6), vivirá de una manera plena y definitiva con Cristo en Dios. En el misticismo cristocéntrico de san Pablo además de la fe, de la que ahora no intentamos hablar, es fundamental el Bautis– mo, por el cual el neófito se incorpora a Cristo y se hace capaz de vivir la gracia divina. Es interesante la expresión que emplea el Apóstol, para significar esta idea: ~a;,:-:tcrOr¡vm e/s -¡_ptcr,ov (ser bautizado para Cristo). En los escritores griegos el verbo ~ a 11:, 1 C: e t v originariamente, como un intensivo de ~ á 11:, et v significa «inmergir» o «sumergir» 19 y por tanto la frase de san Pablo, «baptizari in Christum», expre– sa nuestra inmersión en la persona de Cristo, considerada como un elemento. Recordemos un texto sumamente expresivo. El Apóstol escribe a los fieles de Roma: «¿O es que ignoráis que cuantos fui– mos bautizados en Cristo Jesús, en su muerte fuimos bautizados? Consepultados, pues, fuimos en Él por el bautismo, en orden a la muerte, para que como fue Cristo resucitado de entre los muertos por la gloria del Padre, así también nosotros, en novedad de vida, caminemos. Porque si hemos sido hechos una cosa con Él por lo que es simulacro de su muerte, también lo seremos por lo que lo es de su resurrección» (Rom. 6, 3-5). Machaconamente repite el Após– tol la misma idea: hemos sido bautizados en Cristo -en la muerte de Cristo-, hemos sido sepultados con Él -hechos una cosa con Él-, o como dice en otro lugar, el bautismo nos recubre como un vestido: «Todos los que habéis sido bautizados en Cristo, habéis sido revestidos de Cristo» (Gal. 3, 27). En la epístola a los Colenses se lee otro texto en forma más breve: «Habiendo sido sepultarlos con Él, en el bautismo, también con Él, habéis resucitado mediante la fe en el poder de Dios que le ha resucitado de entre los muertos» (Col. 2, 12). Y es evidente que no podremos ser «consepultados con 19. W. Kocn: Die Taufe im N. T.; Bibil. Zeitfr.» (1921) H. HAAo-AusEJo: Diccio– nario de la Biblia (Barcelona, Ed. Herder, 1963) col. 210-217.

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