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TARDES DE MAYO A LA SOMBRA DE UN NOGAL Ya estaba inaugurado el mes de mayo, el distinguido con los nombres más hermosos: Mes de María, Mes de las flores ... Ya resonaban todos los atardeceres, en todas las iglesias, las notas tan resabidas como entrañables del « -Venid, y vamos todos - con flores a porfía, con flores a María, - que Madre nuestra es». En el Colegio Mayor de Teología de los PP. Capuchi– nos seguía, como en los demás meses, el manso ritmo monótono de la vida conventual. Pero en las semanas aquellas de mayo se llevaba mucho mejor la austera y saludable monotonía... ¡ Resultaba de tan bello e;;tímulo y sosiego acabar la jornada diaria con un estarse devo– tamente ante LA VIRGEN! (Nunca como en mayo parecía sentarle tan bien a María este antonomástico apelativo de 66

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