BCCCAP00000000000000000000393

darnos en paz, y que tu bendición sea siempre con noso– tras. Por Jesuciisto nuestro Señor. Amén». Acab:i.do el orar, se procedió al acto de arriar bande– ras, cuando ya empezaban a caer las primeras gotas, gor– das y aisladas, de la lluvia. Las camaradas, brazo en alto, cantaban los himnos.. . «Banderas victoriosas... El paso alegre de la paz ... Volverá a reir la primavera... En España empieza a amanecer»... ¡ Hermoso era saber conjugar así el mejor senricio de Dios con el buen servicio de la Patria! A la mañana siguiente la misa fue dialogada, porque todas aquellas chicas, tan diversas en el tipo y en los gustos, llegadas de tan diferentes partes y entregadas a tan variadas ocupaciones o estudios en sus lugares de re– sidencia, tenían una misma formación y sabían cuál era su parte de pueblo activo en las funciones litúrgicas de la iglesia. La comunión fue nutridísima. Y llegó al fin la hora de ocuparse en otras cosas. La mañana estaba verdaderamente espléndida. El viento y la lluvia de la noche precedente parecían haber renovado to– do, desde el azul del cielo hasta el verde de los prados; sólo el agua del río bajaba turbia. El albergue resonaba con el trajinar de las chicas que se entregaban a sus tareas, y la mayor parte cantando alegremente... Poco antes de comer se tuvo un acto patriótico-polí– tico, y al final tuvo que habiar el P. Fidel. Aquello le cogió algo de sorpresa pues él había lle– gado allí sólo para confesar y predicar en hl capilla. Mas no se negó, porque si era sacerdote y religioso, también era español, y buen español, y no podía considerarse aje– no ni indiferente a nada que redundase en bien de la Pa– tria. Felizmente se recordó de las palabras pronunciadas por José Antonio en abril de 1935 ante un grupo de muje– res de Don Benito (Badajoz), y de tales palabras se sirvió para empezar: «Nosotros sabemos hasta dónde cala la mi– sión entrañable de la mujer, y nos guardaremos muy bien de tratarla nunca como tonta destinataria de piropos. No se la puede distraer y sobornar con un jarabe de palabras bonitas, para relegarla luego a un papel frívolo y deco– rativo. 616

RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz