BCCCAP00000000000000000000393

El documento íntimo de Juli Mari revelaba una belleza ele alma singularísima, y una intensidad de vida espiritual que muy rar2. vez se encuentra. Pues bien: a pesar de todo, Juli Mari soñaba... ; soñaba muy humanamente en consti– tuir un hogar con marido e hijos... , pero ¡ eso sí!, según de– clara a su director, «un hogar cabalmente cristiano, don– de marido e hijos tuvieran anhelos de santidad,,, No que• ría hacer de su noviazgo ni de su matrimonio «una de tan• tas vulgaridades corno circulan por el mundo». En la carta de ahora al P. Fidel, contaba Juli Mari va– rias cosillas de su vi,:ir. Por ejemplo, esto: «Padre: no sé si le dije que en la piscina del jardín de casa ya han empezado los baños mixtos. Mi hermano, sus amigos y la pandilla de chicas que les acompañan, acam• pan por aquí con bastante «libertad»... Con la ayuda de Dios yo sigo firme como una roca, y no he consentido en baüarme así, aunque a mi salud le vienen muy bien los baños. «lHás te vale entrar en el reino de los ciclos sin w1 miembro, que ... ,, Prefiero no mejorar en lo tocante al cuer– po. antes que empeorar en la salud del alma. »Pida usted mucho por mí, Padre. ¡ Si viera cuánto lo necesito! Los de los baüos no dejan de asediarme con pre– guntas, comentarios y burlas, a Yer si pueden quebrantar mi obstinada «rareza». Por otra parte, he de hacer cada día mayores esfuerzos para sobreponerme a tanta injusticia CO· rno me rodea... Las cosas de casa siguen igual ; y no pue– de figurarse el sufrimiento que tengo. No por lo que a mí atañe, sino por la pobre mamá. Supongo que usted habrá querido a su madre con locura; pues póngase en el caso de haber tenido una madre mártir, que no hubiese conocido un momento de paz o de tranquila alegría, y un padre, que después de relegarla al último término, se dedicara a des– prestigiarla entre sus amistades. Le aseguro que no hay sufrimiento mayor. En los momentos en que más alegría pueda yo experimentar, sólo el recuerdo de mi madre már– tir basta para arnargármelo todo. »Además, hav días en que parecen haberse puesto de acuerdo mi padre y mi hermano para llenarme la cabeza ele cosas contra la religión. Yo siempre replico con todas ias energías; pero es tanto lo que me dicen, y está amaña– do con tan mala intención, que a veces me encuentro des– amparada. Mil ideas se agitan en mi cabeza, y veo que cada 592

RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz