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deraciones mundanas: El juzgará las conductas, no la po– sición económica o social de cada uno; la moral no es cuestión de buenas maneras... Un ilustre caballero puede ser ante El un tipejo repugnante, y el último plebeyo, la más distinguida persona. »De esclavos y esclavas está lleno el mundo. Baste recordar las palabras de Jesús: «Quien se rinde al pecado, esclavo es del pecado». Y cuántos esclavos de otras cosas, que si no son pecado en sí mismas, sí llevan fácilmente a él: esclavas de la moda, esclavos del qué dirán, esclavas de ciertas diversiones, esclavos de los malos amigos... Y no creo que sea mucho pecado contra el buen decir, ha– blar de «ganado humano» para referirse excepcionalmente a tales grupos, cuando el mismo P. Granada escribe algu– na vez, a propósito de las monjas, «que son ganado difícil de gobernar». »En fin, amigo: la única satisfacción que podemos dar a esos distinguidos señores, y la damos gozosamente, es que no a todos los que van por «La Buena Sociedad» puede medírseles por el mismo rasero. Hay socios muy honorables, que merecen toda nuestra estima. Pero tam– bién los hay que no se comportan tan honorablemente... Aquí tengo una carta de cierto socio, que nos ha escrito para quejarse de la crudeza del artículo de «Avanzadilla»; pues bien: él mismo concede que allí «se dan actitudes por parte de ellas y de ellos que no merecen más califica– tivos que los que se propalan en el artículo mencionado y aún más fuertes si cabe... » »Que tales cosas sean eliminadas, y seremos nosotros los primeros en aplaudir a la célebre «Buena Sociedad» de León. »Ultimo punto por aclarar: Decía «Avanzadilla» que los padres que incitan a sus hijas a ir al baile son, o dé– biles, o bobalicones, o malos. Pues bien : para que no se nos tache de ligeros en el juzgar, queremos escudar nuestra apreciación en las pala– bras finales de cierto documento del Obispo de Pamplona: « Padres y madres de familia, que vestís personalmente con tanta modestia y habláis con tanta pureza, oráis con tanta piedad, y no perdéis función en la parroquia, y formáis las Juntas de Asociaciones y Cofradías : si tenéis ojos y oídos, y sabéis lo que son gestos y contorsiones y 536