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Toda una página, la segunda, estaba dedicada a presen– tar un certero perfil de los que más habitualmente traba– jaban en «Avanzadilla». Se decía, por ejemplo, del P. Director: «Escribe con violencia, y sin embargo, al hablar ni sabe enfadarse ni sabe reñir. Esta su mansedumbre franciscana de trato no le impide llamar pan al pan y vino al vino. Por su afán de verdad, resulta a veces brusco y arriesgado; pero todo es cuestión de entenderle. Si se le entiende y se sabe ver a través de sus gafas, no hay por qué apurarse... Debe de tener entre treinta y treinta y dos años; y es así como apa– rece en los editoriales de «Avanzadilla»: la Verdad y el Evangelio, el valor y San Francisco, el el ideal, la inquietud por la Cultura, la honda nrPn'''"'" por el fu- turo de esta humanidad desquiciada... » A Francisco Campo se le presentaba como de «pinta germana»... ; pero no es calvo, ni escéptico, ni humilde, co– mo algún otro de nuestros colaboradores... Piensa que la literatura no importa nada; que lo que interesa decir la verdad, y llamar sinvergüenza al que es sinvergüenza, y tonto al que es tonto. Odia a muerte las medias tintas, y está deseando siempre que haya jaleo». En la página 5 había unas declaraciones importantes: «Al año de vida, LO QUE QUEREMOS, LO QUE SOMOS, LO QUE BUSCA– MOS »Hace un año, al aparecer nuestro primer número, éra– mos unos pocos. Hoy somos unos cuantos más, pero, gra– cias a la misericordia del Señor, parecemos más de los que somos... Desde el primer momento nuestro afán no fue egoísta, ni siquiera directamente proselitista. No que– ríamos nada para nosotros. Ni lo queríamos, ni lo quere– rnos. Hemos aprendido bien la consigna evangélica: «Bus– cad primero el Reino de Dios y su justicia, que todo lo de– más se os dará por añadidura». »Somos pocos, y nuestro capital es cero. Nadie de nosotros tiene paga por su labor. Ocupamos el mismo modestisimo local que allá por el verano descubrimos y requisarnos (antes no teníamos ni local): las mismas des– vencijadas sillas, los mismos cristales rotos, la misma altí- 517
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