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,,Con nuestro agradecimiento y nuestras oraciones va– también nuestros sincerísimos deseos de que tenga mejores éxitos en el ejercicio de su profesión». En la Sección femenina de la Juventud Terciaria hu– bo renovación de mandos poco antes del aniversario de «Avanzadilla». El día 18 de febreIO el P. Fidel proclamaba la nueva Junta Directiva, según los resultados de una votación se– creta y consultiva que se había realizado previamente. Casi todas las nuevas dirigentes eran elementos auténti– camente jóvenes, entre los diecinueve y los veinticinco años; todas, animosas y bien dotadas, muy a propósito para hacer atractiva y agradable, aun en lo externo, a la Juventud. Al frente de todas, como Presidenta, Celia Núñez Ca– nal, que pisaba ya en los veinte años. Hacía unos nueve meses, casi todas habían recibido con prevención - al– gunas, con crítica - su nombramiento de Secretaria; ahora, gran mayoría de ellas la habían presentado como indiscutible para el difícil cargo de Presidenta. Aquella chica esbelta y generosa se había impuesto, por su actua– ción, por sus dotes. El P. Fidel tendría en ella una estu– penda colaboradora. Y hasta las banderas de las Juven– tudes terminaron por buscar el mejor descanso en su bien montada casa... II Carmen del Río seguía con su vida sin luz y sus ex– trañas cosas por Asturias. El correo del día 1 de marzo le trajo al P. Fidel nueva carta: «Mi querido amigo (¿está bien así?): »Casi no creo necesario decirle lo mucho que me ale– gró su carta de felicitación por mi cumpleaños. Puede creerme: la recibí entre otras ocho, y ella fue la primera que abrí. ¡ Claro que la esperaba! Es curioso esto. Si otra persona me dijese algunas de las cosas que usted me dice, me pondría hecha una furia, y terminaríamos mal, pero 507