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tamente misericordioso es El, y pronto a perdonar peca– dos. »Enmendemos para el bien lo que neciamente hemos hecho mal; no que sorprendidos súbitamente por el día de la muerte, queramos entonces tiempo de peniten– cia, y ya 110 lo podamos ~~H~v5uu »Tocad la trompeta en Sión, promulgad el ayuno, con– vocad a asamblea; reunid al pueblo... : que no falten los ancianos, que vengan hasta los niüos, incluso los que cuel– gan aún de los pechos; que deje el esposo su cámara, y su tálamo la esposa. Entre el pórtico y el altar lloren entonces los sacerdotes ministros del Seüor, y clamen: ¡Piedad, Seüor, para tu pueblo, piedad!» Verdaderamente, la Liturgia no andaba con lenguaje blando. Si escuchasen todos con alguna atención tan apre– miantes llamadas a la penitencia y austeridad de vida, no podrían darse cristianos que se entrasen por la Cua– resma con la más culpable frivolidad. Rosa María iba recorriendo generosamente el difícil camino que la llevaba hacia su total consagración en un convento. Había flores en tal camino; pero no faltaban las espinas. Por los días de febrero escribió al P. Fidel: «Muy querido Padre: Me apetece enormemente des– ahogarme hoy con alguien, y le he escogido a usted. Es natural, le quiero mucho, y además, usted me comprende como ninguno. »Hoy he tenido bastante de lucha y de pena; pero ya se me está pasando, gracias a Dios. »Escribió un tío mío, diciendo que el 26 de marzo em– prenden ellos un viaje a Estados Unidos y Canadá, y ¡quie– ren llevarme a mí! La cosa cuesta 65.000 pesetas, pero son treinta y seis días de turismo y con un itinerario es– tupendo: Barcelona, Palma de Mallorca, Gibraltar, Nueva York, Quebec, Montreal, Ottawa, Toronto, cataratas del Niágara, Detroít, Greenfields, Chicago, Wastington, Filadel– fia, otra vez Nueva York, y regreso... »Papá ha estado ernpeüado en hacerme ir, y, corno pue– de usted comprender, a mí me apetece con locura (tanto, que hasta ahora creo que es lo que más me ha costado de cuantos sacrificios he tenido que hacer); pero... Yo no sabía qué hacer: por una parte, nada malo encontraba en 498