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mientas y someternos mansamente a ellos, es tratar de y dominarlos. Tenedlo siempre bien presente, católicos de España: »DIOS Y NUESTRO BRAZO NOS DARAN LA VICTO– RIA». Los tres amigos, Tiburcio Dato Gómez, Valentín Ne– grete y Fernando Gordón Vázquez, estaban aquel domin– go comentando animadamente esta proclama de «Avanza– dilla». - Es estupenda - aseguraba Fernando. - ¡Es estupendo todo el periódico ! - exclamó Negre- te -. Yo creo que hoy por hoy no tenemos cosa mejor en la Juventud. Hacerlo y sostenerlo es nuestra tarea princi– pal. Cada número resulta una nueva inyección de entusias– mo y optimismo para todos. Además, en la venta callejera de «Avanzadilla» es donde se foguea el espíritu de nuestros muchachos: pierden el miedo, superan el respeto humano, se acostumbran a dar la cara. - Por eso - terció Dato Gómez -, yo me pregunto a veces qué será de todo esto nuestro si algún día muere «Avanzadilla»..., y más aún, si nos llevan al Padre Fidel. - ¿Y por qué nos le van a llevar? ¿No está haciendo aquí una magnífica labor? - ¡Y tan magnífica! No encuentro razón alguna pa– ra que nos le lleven; pero, con razón o sin ella, la cosa es perfectamente posible. Ellos viven bajo obediencia, y los Superiores deciden traslados y destinos sin preguntar a nadie. - Bueno, chicos - se apresuró a cortar Femando -, ¿a qué viene el pensar ahora en cosas tristes? Si al fin llegan días malos, trataremos de hacerles frente. - Tienes razón - asintió Dato Gómez -. Al presente las cosas van bien, y nuestra gente está llena de entusias– mo. Da gusto ver, por ejemplo, lo que pasa cada segundo y cuarto domingo de mes cuando sale «Avanzadilla»... Todos se ponen a hojearlo ávidamente; y luego, todos dis– puestos a salir voceándolo por las calles. Todos, hasta los que en un principio menos se atrevían. Cuando me acuer– do de cómo eran hace meses Bosque, Juanjo y Antonio, y veo cómo son ahora... 31. - Témporas ... 481