BCCCAP00000000000000000000393
¡ Cuántas posibilidades de elevación y de heroísmo duer– men en esta alma!, he tenido yo que decirme con pena muchas veces en presencia de algunas y de algunos, cu– yos años de edad estaban a la misma altura que los vuestros. »¿Por qué esas notas, para las que ha sido formado el instrumento, no se producen? «Silenciosa y cubierta de polvo veíase el arpa»... ¡ También silenciosas y cubiertas de polvo se ven muchas almas! No dan lo que Dios y los hombres tienen derecho a esperar de ellas. Están silen ciosas para todo lo que sea música de altura; sólo produ– cen estridencias de vacuas y facilonas vulgaridades : vul– gares pensamientos, vulgares sentires, vulgares preocupa– ciones, vulgares afanes de lucir un poco por ahí y pasar– lo lo mejor que se pueda... »Silenciosas, sí; y también «cubiertas de polvo». A su enmudecimiento para todo lo bueno de alta calidad, se añade fatalmente la suciedad y la deformación. Cuando algo no se emplea para lo que ha sido hecho, se convier– te poco a poco en trasto deteriorado e inservible, seguro inquilino algún día de un desván con ratones y telarañas. También las almas juveniles - instrumentos preciosos he– chos por el amor del Supremo Artista - que no se em– plean en dar lo que El tendría derecho a exigir, acaban por «oxidarse» o deteriorarse, atacadas por el polvo y la roña de su abandono espiritual. »Pero en muchas ocasiones, esas almas silenciosas y cubiertas de polvo no tienen toda la culpa de su silen– cio y falta de brillo; quizá sufren por ellos, y hasta an– helan liberarse... Como el arpa estaba aguardando una mano de nieve, así también esas almas inmortales, para salir de su espiritual mudez y apatía, sólo esperan las palabras de Dios apropiadas para ellas, palabras que son capaces de resucitar a los muertos, ¡ cuánto más de sa– cudir a los dormidos! »¿Será ilusionarse demasiado el esperar que para al– gunas de vosotras sea mi voz la destinada a decir esas palabras divinas y vivificantes que se están inconsciente– mente aguardando? Hermosa esperanza es la que luce en mi espíritu, y me da su calor para emprender esta nue– va tarea... que no habrá de traernos sólo rosas. »Hermanas mías: de vosotras todas espera Dios la mú- 3. - Témporas ... 33
Made with FlippingBook
RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz