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No puedo lanzarme a una empresa como la que soñamos, sin obtener antes ciertas autorizaciones y permisos. Y... en el asunto de que se trata, el recibir una negativa es algo más que probable... Tremenda desilusión se reflejó en el rostro y actitudes de las oyentes. - De todo lo cual se deduce - fue diciendo con pau– sado retintín María de la Gracia -, de todo lo cual se de– duce que... ¡no hay nada que hacer! ¡Ni pensar en una Ju– ventud! - No; no es precisamente eso - replicó el P. Fidel de Peñacorada -. De todo lo cual se deduce..., que tenemos que planear la operación de cierta manera. Vamos a inten– tar conseguir lo mismo, pero presentándolo de otro modo. Es casi cuestión de palabras; pero mirad, yo estoy seguro de que, a pesar de tanto como se dice que «las palabras son lo de menos», las palabras en bastantes ocasiones son «lo de más», o «lo de mucho», y tienen indudablemente una grandísima importancia en todo lo que se refiere al hom– bre. No vamos a hablar de Juventud Femenina; empezare– mos por tener algunos actos especiales para las «terciarias jóvenes», que ya van siendo un grupito importante; y na– die podrá decir nada, porque todos reconocen que se debe dar una cuidada formación a los miembros más jóvenes de la Orden Tercera, si queremos conseguir lo que exige y supone la naturaleza o espíritu de la misma: que los terciarios sean una porción muy escogida dentro del co– mún pueblo cristiano. - Entonces tendrá que hacer también algo con los chicos - apuntó Rosarito, joven de fino perfil, muy bien educada y de generoso corazón. - Indudablemente. No creáis que he pensado en de– dicaros sólo a vosotras una atención especial. Mi ilusión, y mi proyecto, es que funcionen dentro de nuestra Her– mandad Terciaria leonesa dos vigorosos y operantes gru– pos juveniles: masculino y femenino. Sólo así lograre– mos dilatar con savia pujante, renovar con temperatura de auténtica primavera, el vivir, actualmente algo reumá– tico, de esta querida Orden Tercera Franciscana que tan– to esplendor alcanzó en tiempos pasados. Os digo tam– bién (y esto en confianza) que si ahora me pusiera a or– ganizar algo con los chicos, encontraría menos dificulta- 27