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l. LAS MISIONES EN LAS ACTAS DEL CONCILIO VATICANO (*) SuM:V!.1\Rllll\L-Cum Vaticanwn Concili11m maxinwm de rcb11s mis.~ionariis halmcrit mo– mcntwn, pracparatoriis dcscriptis laboribus, exanúnantur uota ad cxtcras missioncs spcctantia, q11ac a Concilii Patrilms cxhibita faicrnnt. Commissio pro Ecc!csia Orien– tal/ et pro iVlissionibus fria accuratc claborauit schcmata, q11orum tcrti[lm sic sonat · Schema constitutionis super missionlbus apostolicis patrum examini propositum. Doctrina missionaria in co contcnt.1 maxi.mam habct uim; plurima cnim, quac in C. ]. C. et Encyclicis Maximum illud Bcncd:•cti XV et Rerum Ecclcsiae Pii XI continentur, iam in Concilio Vaticano irwcniuntur. Las sociedades políticas, científicas, literarias y económicas suden ten'er en determinadas circunstancias Congresos para poder deliberar sobre los in– tereses d·e sus miembros. Dada la naturaleza soda! de la Iglesi;.i. católica, el curso natural de las cosas y la recta razón indican, en muchos casos, la opor– tunidad y convenienda de las deliberaciones y resoluciones tomadas en· asam– bleas comunes. Por esto, desd•e los tiempos apostólicos se han celebraclo Concilios, más o menos extensos, para tratar asuntos de gran trascendencia y utilidad para los fieles. Los Concilios llamados ecuménicos o genernles han tenido máxima importancia en la historia de la Iglesia y en la •evolución homogénea del dou– ma católico. Ellos son una manifestación solemne, del magisterio auténtico del cuerpo docente, que delibern en común acerca de los asuntos qu•e interesan a toda la cristiandad. La autoridad del Concilio ecuménico es la más alta que existe en la Iglesia. "Concilium oecurnenicum supr'ema pollet in universam ccclesiam potestate" (can. 228); y define infaliblemente las cuestiones de fe y d'e costumbres. "Solemne huiusmodi ludicium pronuntiare proprium est tum oecumenici Concilii, tum Romani Pontificis ex cathedra loquentis" (can. 1323). Los Concilios propiamente ecuménicos empiezan en el siglo IV con el pri– mero de Nicea (325) y terminan con el Vaticano (1869-70). Se cu•entan 19, o también 20, si se incluye el Concilio de Constanza, que fué verdaderamente ecuménico, por lo menos en la última parte qu'e siumo a la elección de ]:'vfar– tín V, y que comprende desde la sesión 42 a la 45 (1), (*) ConfP!'PH<'in lPídn Pll la I Nc111a11a de Jlisio,wfo!tía tP11idn ('ll pJ :--i(•minario de l\IisionPs E:sctnrnjPr:rn de Dnrgos (Es¡,afiu), dPI fJ al 14 dP agosto dP l!l4S. Cf. J-J1111 tes Docete. Roma, l!l48, tomo I, fase. III, vúgs. 2:n-24:;. (1) Los 0<'110 Coneilios Penm(·nieos oriPntnlPs sou: }J] Nie('IJO I. ::20: (\mstnn– ti11ovolitn110 I, :~Sl; I:ifPsino, 4:tl; CalC'Pdo1Hini::a\ 451; Co1rntautinovolitano II, f,ifi;J; Co1rntuutino¡,olitano III, GSO; Nic(•no II, 7S7; ( 'om,tm,tinovolituno l Y, S(ifl . Los doee latinos son: LateranPnse I, 112:1; LatPran(•nse II, 11:;n; LatPra1wn~(\ I Ir,

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