BCCCAP00000000000000000000392

PROBLEMAS MISIONALES 65 y las variantes entre las múltiples liturgias ori'entales y occidentales; sólo in– tentamos poner de relieve algunas ideas misionales que se encuentran en la liturgia romana actual. AÑo LITÚRGICO.- .. Consiste en la r'epresentación ele todo el misterio de la Eacarnación y Redención en el período de cincuenta y dos semanas, desde la primera de Adviento hasta la vigésima cuarta despuéS\ de Pentecostés. La Igl•esia, en sus oficios y sokmnidades, nos presenta la vida, los ejemplos y virtudes de su Esposo Divino, el origen y el progreso de su reino universal. Nos ·introduce también en una galería de santos que fueron los ouc le siguie– ron m{!s de C'erca. Este ciclo de fiestas tiene una grande importancia para nues– tra vida espiritual, eclesiástica y misionera. El año eclcsiústico se pue.cle di– vidir en tres ciclos: natalicio, pascuai y de Pcnfrco:;tés. A) Ciclo natalicio.- Este empieza con el Adviento, que es tiempo de preparac1on para el nacimiento del Salvador. Toda la historia del Antiguo Testamento está orientada hacia el l\1esías Redentor. Dios preparó a )o:c; hombres para su v'enida desde el paraíso terrestre, renovó sus promesas ,1 Noé, a Abraham, a Moifyés, a David, a Salomón y a los profetas ele la anti– gua Ley. De esta progresiva revelación hecha por Dios la Iglesia católica toma las partes principales de b liturgia del Adviento: ¡Oh ciclos! Bnviad .desde lo más alto el rocío y las nubes lluevan al Justo: se abra la tierra y ger– mine al Salvador (9). Haced penitencia, porque el reino estii ya prúximo (10). Preparad el camino de[ Señor, enderezad sus sendas (11). Todo barranco serú re!lenado, y todo monte y todo collado allanado, y los caminos tort!losos rec– tificados, y los ásperos igualados. Y toda carne vcrú la salud de Dios (12). La Hturgia del Adviento para todo fiel cristiano, y particularmente para todo sacerdote y misionero, debe ser algo más qm: un simplP recuerdo: debe ¡,er la expresión de un sentimiento misionero que se 'esfueza por dar a conocer al Mesías a todas las¡ gentes y clama con la Iglesia: O Oricns, splendor lucís aetemae et sol iustiliae; 11eni, et il!umina sedentes in tendJris et umbra mor– tis (13). Una gran parte de la ,pobre humanidad yace en las tiniebla" y som– bras de la muerte, en la incertidumbre, en la desorientación moral. •en la culpa, sin la esperanza cristiana de la eterna felicidad. O Emmanuel, Rex et legifec noster, c>xpectatio gentium, et Salw,toc earum: ueni ad safoandum nos (14). Por fin, llega 12'.l momento dese'ldo del Nacimiento de Jesús, et 'ilerbum caro factum est et habitavit in nobis (15); llegó el momento de realizarse el mysteri11rn Christi (16). el sacramentum absco11rlil11m a saeculis in Deo (17 J, el magnum pietatis sacramentum (18). El R•ey pacífico, rpor todas las gentes deseado, aparece visiblemente vestido de nuestra mortalidad, para revestirnos (ll) Is., XLV, 8, Pn llomin. A<lnmtns. (10) l\!ATTH, III, 2. (11), l\L\TTII., 111, :l; Is., XL, :l. (12) Is., XL, 4. (1:l). Antiph. JJiaiores, 21 <le <licirn1bre. (14) Antiph. Mai., 2~ <le diciembre. (15) loANX., I, 14. (16) B¡¡h., III, 4. (17) Ibíd., III, 9. (18) J 1'im., III, lü.

RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz