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PROBLEMAS 1'IISIONALES 59 la gracia santificante? Es una cuestión muy difícil de resolver, y no lo inten– b1mos en este momento (110). El Bspiritu Santo, vínrnlo de unidad. - El Espíritu Santo irradia a todos la bondad y la misericordia, pero al mismo tiempo es centro de atracción y vínculo de unidad para todos los cristianos; luz que ilumina todas las inteli– gencias, im:m que arrastra todos los corazones. La Iglesia verdadera, fundada por Cristo y vivificada por el Espíritu Santo, es únirn y una. No puede ha– tJer más que un solo redil baio un solo Pastor Supremo. Un solo reino, una sob Iglesia, una sola sociedad católica, apostólica, romana, cuya cabeza visi– ble es el Papa, Vicario de Cristo en la tierra y sucesor de San Pedro en d Primado. En el decurso de la Historia se han ido fornrn.ndo tantas her'ejías, tantos cismas, tantas sectas que no confiesan la integridad del dogma católico o están separadas del Jefe Supremo. Los Sumos Pontificl's siempre han tra– bajado por la unión ch: los desidc:ntes, por la reconcifüic-i<'m de los hermanos separados. No es éste el lugar de recordar los esfuerzos que se han hecho en este sentido, sólo indicamcs algunas exhortaciones y pr:1cticas más mo– dernas. León XIII, con las I;etrns apostólicas Prouidil Matris, del 5 de mayo de 1895 (111), instituyó oraciones especiales al Espíritu Santo en los días precedentes a la fiesta de Pentecostés para obtener la unión. Dos años mús t,,rde, en la Encíclica Diuinwn illud 1mm11s, d .. :J 9 de mayo de 1897, sobre el E~píritu Santo, declaraba que uno de los fines de su largo pontificado había sido conducir a los hermanos disidentes y errantes al único redil verdadero. "En consecuencia, decretamos y ordenamos que c:n todo el orbe católico, este año y todos los subsiguientes perpetuamente, se haga 1111a :10°:ena de oracio– nes antes de Pentecostés, en todas las igl•esias parroqui,:ilcs y. si el ordinario lo juzga útil, en todas las iglesias y capillas". Al mismo tiempo C"nriqueció esa práctica con preciosas indulgencias (112). Desde aquellos tiempos s'..: ha notado una inquietud entre los hermanos sepa– rados: el movimiento por la unión crece de día en día. Los católicos y no cató– licos se, interesan por el regreso a la Iglesia verdadera d•e touos los cristianos de ella separados. Conocida es hoy día en todo d mundo cristiano la Octaua por la Unión de las Iglesias que se cclebra d'esdE' el 18 de enero, solemnidad el~ la Cátedra de Pedro en Roma, hasta el 25 del mismo mes, fiesta de la Conversión de San Pablo. Esta práctica nació en )\mfrica, ~n una comunidad anglicana, y su iniciador fué el pGstor protestante analicano Pablo \Vatson, que se convirtió al catolicismo con toda s,u Comunidad y fundó dos Congre– gaciones de terciarios y terciarias franciscanos, llamados del Atonement. Or– gano de la práctica es el The Lamp. Fué aprobada por San Pío X en 1909 y enriquecida con indulgencias por Benedicto XV con breve de 25 de febrero de 1916. La sociedad internacional Unitas. que trabaja por la unidad cristiana, ya (110) ('f. C'APERAN, Le z¡robleme dn salnt des infidNes, cssai hist., essai tl,co/01¡., 2 vol., 2.• ed. ToulousP, 1934; H,I.R&,, en Diot. Theol., art. InfidNes (/:folut des ...). (111) Leonis XIII Pont. llfaxinii Acta, vol. XV, pág. 187-188. Roma, 1~)6. (112) Cf. A. S. S., vol. XXIX, 18!l7, púgs. ü57-658.

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