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PROBLEMAS MISIO:--;ALES 51 de que s'ea lleno del Espíritu Santo (48). La Iglesb, pues, gozaba de paz por toda la Judea, Galilea y Samaria, edificúndose y caminando en e.l temor del Seií.or, y con el aliento que infundía el Espíritu Santo se iba multiplican– do (49). La conversión del centurión Corn'elio es preparada por el Espíritu Santo (50) y confirmada con amplias efusiones por el mismo (Si). Bernabé, qae estaba lleno del Espíritu Santo (52), marcha con Saulo al primer viaje mü,ionero por expreso mandato del Espíritu Santo, y los convertidos durante •el viaje eran repletos del Espíritu Santo (53). Sería inútil insistir, porque todo el llbro de loóí Actos estú lleno de las intervenciones especiales del Espíritu Santo. Parece que el Autor tiene emp'eño en demosrtar que la propagación del cristianismo es un efecto del Espíritu Santo enviado por Jesucristo para continuar su obra. Así lo afirma expresamente Teofi!acto: ''Los Evang•elios manifiestan los hechos del Hijo; los Actos, los del Santísimo Es9iritu" (54). El Espíritu Santo aparece en la Iglesia naciente como su C,m,fodor que habla a los apóstoles, discípulos y a los jdes d•,~ las cristiandades (55). San Pablo dice a los pastores: "l\,Hrad por vosotros mi~mos y por toda la grey, en medio de la cual el Espíritu Santo os puso por obispos para pas– torear la Iglesia de Dios, que la hizo suya con su propia sangre" 156). El Es– píritu Santo dirige, sostiene y multiplica prodiuiosamenl'e la actividad misio– nera de la Iglesia primitiva, la cual, a manera de grano d,: mostaza, crece y se extiende por el mundo conocido, abrazandO! en sí judíos, paganos, griego:, y romanos, a todos los habitant't:s de las re.gio!J.:s orientales y occidentales. El Espíritu Santo renueva la faz de la tierra, infamde en los rnrazones sentimientos de piedad hacia Dios y sentimientos de fraternidad hacia el pró– jimo. Une a la humanidad en la misma oración, en los mismos id'eales. Crea uno nueva familia que camina por la misma vía, bajo la misma guía, hacia los mismos destinos. Un nuevo fermento de vida se comunica a la humanidad, una nueva ideología agita las inteligencias. No sólo los primitivos cristianos sienten la acción misionera: del Espíritu Santo, su influjo será perenne. "Yo rogaré al Padre, y os dará otro Abogado, para que esté con vosotros perpetuamente, ut maneaf vobiscum in aeter– mzm" (57). El Espíritu Santo permane-:e continuamente en la Iglesia y desciende so– bre ella, no con lenguas de fuego ni con viento impetuoso, sino dulce y sua– vemente, comunicando torrentes de luz y de gracia y los dones. Continúa su obra regeneradora bajo mil formas visibles e invisibles a twvés ele las épocas de la Historia. Todas las series de comunicaciones del Espíritu Santo a ia humanidad constituyen un hilo conductor d'e luz y de amor. El cristianismo es (4.S) IX, 17. (4ü) Act., IX, 3L (50), Act., X, J!l. (51) Act., X, 44-47. (52) XI, 2. (5B) Act., XIII, 52. (54) l\IIOJ'ilé, P. (f., ]25, 84ü. (55) A et., XIII, 1-4, (5G) Act.. XX. 28. (57) Io.lXX., XX\-, 1(],
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