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PROBLE'\lAS MISIONALES 49 efectos vitales semejantes a los que el alma racional en el cuerpo humano. León XIII afirma: "Quod cum Christus Caput sit Ecdesiae Spiritus Sanctus sil eius anima: Quod est in corpore nostro anima, id est Spiritus Sanctus in Corpore Christi, quod est Ecclesia" (35). El alma humana es el principio informante del cuerpo. El Espíritu Santo es substantia absoluta independiente que informa al Cu•erpo :rviístico. El alma humana es principio de unidad y de actividad. El Espíritu Santo es como el principio del cual procede la vida cristiana. Creemos en el Espíritu Sanctum, Dominum et vivificantem (36). Pío XII, en la Encíclica lvlystici Corporis, escribe: "Huic autem Christi Spiritui tamquam non aspé'ctabili principio id quoque attribuendum est, ut omnes Corporis partes tam inter s•;,:se, quam cum excelso Capite suo coniungan– tur, totus in Capik cum sit, totus in r:orpore, totus in singulis membris ... Ille ~st qui caelesti vitae habitu in omnibus corporis partibus cuiusvis est habendus actionis vitalis ac reapse salutaris partibus principium. Ille est, qui licet per se ipse in ornnibus membris habeatur, in iisdemque divinitus agat, in inf'erio– ribus tamen etiam per s,uperiorem ministerium operatur" (37). Podemos decir que Cristo obra en la Inlesia e[ficienter: a) principalitcr. según la Divinidad; b) ínstrnmentalit•cr, según la Humanidad. El Espíritu Santo obra en la misma quasi-fornzalitcr, teniendo en cuenta la distinción entre É! y los miembros de la Iglesia (38). El alma humana. es •demento formal que informa substancialmente al cuer– po humano. El Espíritu Santo es el Amor Infinito, Persona Divina, que causa en la Iglesia efectos semejantes a los que causa, el alma en el cuerpo (39). Santo Tomás compara a Jesucristo a la cabeza, y c1l Espíritu Santo al corazón. La cab'eza posee una preeminencia sohr.:: todos los demás miembros, mientras que el corilzón influye ocultamente en cada uno. El oficio del cora– zón es llevar la sangre vivificadora a todos los miembros hasta las últimas extremidades. El Espíritu Santo difunde en todo el Cuerpo Místico y 'en cada uno de. sus miembros la gracia scmtificante, principio de vida sobren¡¡tural. San Pablo pone de relieve la actividad del Espíritu Santo, que produc'e en las almas la gracia y los dones, y losi distribuye a cada uno en particular como quiere (40). El Espírit,u Santo es, pues, el principio din,ímico que tiende a la acción. Es el principio vivificador qu'e produce la actividad espiritual en las almas. l\sí lo concebía el Apóstol de las Gentes. ·'La neum<'tología de San Pablo (;l;i) End<'I. Diri11111n illud, A . . L 8., rnl. XXIX, 1807, v:íg. G70. (:m) ll. 80. Cf. .T. f;.\LAVERRI, 8 . .T., De Bcclcsia Christi, L. :l, c. 2, a. l, n. [)!)O, púg. 80::, Madrid. rn;,o. (:17), A. A. S., rn-1::, rnl. XXXV, v:',gs. 21!l-20. (:l8) Cf. P. l'ARE:\TE, De Ecclesia, sPet. II, cap. II, púgs. 159-lGO, Homa, rn;-;o. (:fü) No hay uniformidad PtltrP los tPólogos aePrPa dPl alma de la IglPsia. rnos dicen <JlH' Ps la IglPsia doePnte; <itros, la graeia simtifieantP; otros la Pxplican <fo diferPiltP nuu1Pra. Los tPúlogos Po1itPn1porún<•os gp11PralrnP11te- dPfiPnden qnc ps ('l J;;;,píritn Santo. I~scrib(• PI padre S. 'l'IWMP. S.. J.: "Anima Cor!)oris Christi non Pst fieles llt'que gr.wtia sanetifieans, ncquc <'(nnp]pxns gratiarnm et donornm et eharismn– tnm S¡¡iritns Smwti, spc] potins ÍIJSP S¡¡iritus Sanetus !)rout pst S!)iritum Christi et fons omninm donornm" (Pf. ('or¡111s ('hristi quod est Rcclesia, pág. 2;: Homa, Ul4U). (40) I Cor., XII, 11. 4