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PROBLtMAS MISIONALES tra redención, por el Espíritu Santo. Qui per Spiritum Sanctum semetipsurn obtulit immaculatum Deo (20). Jesús, predicando en la sinagoga de Nazaret, se aplica a sí mismo las palabras del profeta Isaías: "El Espíritu del Señor sobre mí, por cuanto me ungió; para evangelizar a los pobres me ha enviado, para pregonar a los cautivos remisión, y a los ciegos, la vista; para enviar con libertad a los oprimidos; para pregonar un año de ¡-¡rada del Señor" (21). Este pasaje es mcsiúnico y caracteriza la obra del !\ksías. Luego, fondados en los testimonios aducidos, podemos afirmar que el Es– píritu Santo nos ha dado al Hombre-Dios, ::ll Redentor de la humanidad, al 1'11.isionern enviado por el Padre Eterno para salvar a todos. Sublime [Hll'adoja: Jesús, a sn u,¡_:;:;, nos da el Espíritu Santo.--Tesús ruqp al Padre qu'e nos envíe el Espíritu Santo. Paráclito o Abogado. "Ego rogaba Patrem, et alium Paraditum dabit vobis" (22). Jesús lo mereció con su encar– nación, con sus humillaciones, con sus dolon>s, con su atrocísima muerte. Rea– lizada su obra, cumplida su misi(m, consumadas todas las co'.las, era necesario que se fuera, a fin el"- 'cn\iarnos al Consolador. "Si ego non abiero, Paraclitus non veniet" (23). El Espíritu Santo no había sido aún dado, porque Jesús 1111 había sido lo– chivía glorificado (24). Jesús, después de la Resurrección, lo lrnbía prometido varias veces: "Paraclitus, quem eno mittam vobis. a Patre, Spiritum V'?ritatis"; el Paráclito, Espíritu de Verdad, que yo os mandaré del Padre (25), o mejor, que el Padre os, mandará en mi nombre: (26). Aparece claro qu'e la humanidad de Jesús ha sido asociada a las divinas Personas del Padre y del l-Iijo en la misión del Espíritu Santo sobre los hombres. Jesús impuso algunas condicio– nes a los apóstoh::s y discípulos para que le recibieran tranquilamente. Les manda el retiro d"l Cenáculo, la oración común. Sedatp in ciuitate, quoadus– quc induamini uirtutc ex alto (27). Es n'ecesmio que el alma esté tranquila, recogida para recibir las divinas comunicaciones. En •estas favorables condiciones el Resucitado cumple su promesa y el Es-– píritu Paráclito desciende de una manera estrepitosa del cielo en el Cenáculo. Sa.n Lacas refiere con todos los pormenores la maravillosa escena (28). Et rl?p/cti sunt omnes Spiritu Sancto. Todos fueron llenos del Espíritu Santo (29). Los símbolos bajo los cuales se manifiesta indican los efectos que produce. El rumor, que como viento impetuoso llega, representa la acción poderosa del soplo divino que empuja a las almas a la virtud, a la perf'ección y a ias obras de santidad. Las lenguas de fuego son símbolos del amor que arde en las almas, transforma los corazones y se comunica al prójimo con palabras ardientes de caridad. Jesús' había dicho a los apóstoles: Vosotros seréis banli- (20) Ifobr., IX, 14. (21) Lec., IV, 18-19. (22) loAXX., XIV, 1H. (2::) foA!.;;-,,, XYI, 7. (24) loA;,,x., Yn, :iu. (2:í) loA;o.;~;., XY, 2G. (2G) loAxx., XIV, 2G. (27) L1·c., XXIV. 4H. (28) Act., II, 1-12. (2U) Act., 11, 4.
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