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470 P. PÍO DE MO:S.TIREGA.NES santísimas acerca de la geografía, de la meteorología, de la botánica, de la zoología, de la lingüística, de la etnología, de la medicina y de otras ciencias naturales. Con razón se le ha considerado como uno de los exploradores más genial'es (34). 2. Diplomático y estratega.~-La visión clara y exacta de los sucesos, la providencia de los acontecimientos, el conocimiento psicológico de las perso– nas y la adaptación al ambiente, a las circunstancias y necesidades del aposto– lado, ofrecieron al Massaia ocasiones de desplegar sus cualidades diplomáticas y estratégicas. La conquista del reino de Dios exige también método y táctica en los combates. La diplomacia del Massaia carecía de ambiciones y egoísmos; buscaba ó'ólo la salvación de las almas y el verdadero bienestar social d'e aquellas gentes. En aquel tiempo en Abisinia se sucedían las guerras civiles, abunda– ban los aventureros y soldadescas indisciplinad2s, reinaba la inmoralidad y la 'esclavitud. El pueblo oprimido tendía sus brazos e imploraba el auxilio de las potencias europeas. La intervención de las potencias occidentales era deseable por varios conceptos, pero la diplomacia e intervención de Massaia t:n este sentido tropezó con las logias masónicas y los gobiernos anticlericales de Europa. El problema político etiópico, encuadrado en las instituciones tradiciona– les: la Iglesia, 'el feudo, la esclavitud, considerado desde el punto de Vista religioso y misionero, está, según la intuición massaiana, en librarla de la he– rejía y del islamismo y redimirla por el catolicismo, coherente "con la raza y la historia etiópica... No podrá nunca resurgir, si no resu'elve el problema político, si no constituye un Estado: "Hace dos siglos que no t>S la ley quien gobierna, sino la fuerza bruta del que ha logrado vencer a los demás. No hay sucesión en las dinastías ni der'echo hereditario, sino intrigas, traiciones y con– tiendas a mano armada. Hasta que dura el crédito y la fuerza de uno, dura su gobierno; pero apenas otro logra ganarse las simpatías de los soldados y puede aventurarse con el príncipe r'einante, empieza la guerra civil, terrible castigo que todo lo destruye. Entonces se ve a los leones disputarse la presa, la cual, mientras el uno no venza al otro, vi'ene hecha pedazos; y después de la victoria no habrá más que una tregua aparente parn aquellas poblaciones, mas paz y bienestar jamás. Y como aquellos gobiernos no tienen hacienda ni rentas para mantener los soldados, y al mismo ti'empo tienen necesidad de sostenerlos, los echan por los pueblos a robar o, por lo menos, a comer por cuenta ajena" (35). En 1857 Camilo Cavour, ministro de Asuntos Exteriores del Piamonte y de Sardeña, encargaba al Massaia 'estudiar la posibilidad de un tratado de amistad y de comeTcio con Etiopía. Siguieron después indicaciones y proyec– tos. en los cuales intervinieron el padre León des Avanché:res y el lazarista padr•e Stella. Cuando (1872-73) se establecieron las primeras relaciones entre Víctor Manu'el y Menelik, Massaia escribió las cartas oficial,.-,s acompañando otra personal al rey, que había conocido de pequeño. Benedicto Cairoli, ministro (:J4) Cf. ::vfAsf>AIA, lllcmorie, tomo IX, pág. 49. (3f)) Cf. Jl,id., tomo I, púgs. 79-80.

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