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450 P. PÍO DE MONDREGANES time magnum agonem certantem 'et palmam supernae vocationis in anteriora sectantem, etc." (53). Pablo y Javier.--La valiosél aportación rn1s1c>11ew que en el siglo Xlll ha– bían realizado los hijos de Santo Domingo y de San Frnncisco, de modo par– ticular en Africa y en Oriente, habían dejado un admirable ejemplo para los siglos suc'esivos. l\,lisioneros y viajeros narraban al Occidente y a la Corte Pontificia las novedades y maravillas de las nuevas tierras. En 1492 Cristóbal Colón descubría el Nuevo Mundo y plantaba en él la cruz redentora; en 1497 V asco de Gama pasaba el cabo dt' Buena Esperanza y llegaba a Calcuta, extendiendo el dominio de Portugal hasta las Indias Orientales, que consoli– daría más tarde Alburquerque. Luis Camoens cantaba la nueva epopeya de los héroes que habían realizado las conquistas civiles y cristianas. Alvarez Cabra!, en 1500, conquistaba el Brasil; en 1519, Fernando Cortés el Méjico; Magallarres, en 1520, entre la Patagonia y la Tierra del Fuego, descubrió el estrecho que lleva su nombre, atravesó el Pacífico y murió en Filipinas. De modo que por Oriente y Occidente las quillas españolas y portuguesas podían surcar los mares y abordar a las Indias, la China y el Japón. Por esto, 'en bre– ve tiempo, numerosos y celosos misioneros continuaron y extendieron la obra misionera de dominicos y franciscanos, interrumpida ·por el gran cisma de Occidente. Uno de 'esos misioneros insignes de los tiempos modernos es. sin duda, San francisco Javier, con razón declarado Patrono de la Propagación de la Fe por el Beato Pío X. Nacido en la fuerte Navarra, hijo de la ilustre fami– lia de Javier, Jaso-Azpilcueta, educado en la Universidad d'e París, conquis– tado por San Ignacio de Loyola para la Compañía de Jesús, viene con sus compañeros a Roma (1538-1539). La Providencia divina dispone de tal modo las cosas que Javier es destinado a las Mision•es. El fundador y amigo Igna– cio, que conocía bien su espíritu y su temple de apóstol, le dice: "Maestro Francisco, sabéis que, por orden de Su Santidad, dos de los nuestros deben ir a las Indias; uno de los que habíamos elegido se ha enfermado, aquí tenéis una buena empresa para vos". Javier respond'e sin vacilar: "Heme aquí pron– ío" (54). El nuevo Pablo, a los treinta y cinco años de edad, sale de Roma para Lisboa (1540), zarpa en dirección de las Indias orientales portuguesas, predica durante su viaj'e: en Socotora y Mozambique, y llega a Goa el 6 de mayo de 1542. El obispo franciscano Juan de Alburquerque le escribe pater– nalmente y luego inicia su apostolado predicando a los portugueseSI y otros europeos allí residentes. En 1542, acompañado de dos catequistas del Colegio de Santa Fe, parten para Pesqu'ería a evangelizaT los indígenas paravas: se dirige más ta'rde a Travancor, a Malaca y a las Molucas. Regresa a Goa, visita y organiza las Misiones y da normas a los nuevos operarios ll'egados de Europa. Providencialmente en Malaca se encuentra con el joven japonés Yajiro, quien le da noticias de su país. Habiéndole instruido en la fe y bauti– zado, el apóstol incansabl'e, en frágil embarcación, parte con el neófito para (5:l) De ('irit. J)ci. l. 14, (•ap. H, :llT,., 41, 414. (·54) G. Rcnr·nuA:.HJ:EH, R. J., Han Fra11cesco Rnrerio A.¡1ostolo dell'Indin e del Uiaf)– vo11e, wrs. ita!. del padrr n. B. THAOELLA, 1Iiss. Ap., 2.• ed., pág. 60, Milún, 1!l47.

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