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PROBLEl'v!AS MISIONALES 449 1:iuchas veces, en hambre y sed, 'en días sin comer, muchas veces; en frío y sin abrigo; fuera de otras cosas, las atencione3 de cada día que me asaltan, la ansiosa solicitud por todas las Iglesias" (47). En sus azares apostólicos se muestra siempre "con mucha paciencia, en tribulacion'es, en necesidades, en apreturas, en golpes, en prisiones, en motines, en fatigas, ten noches sin dormir, en días sin comer", etc. (48). "Hasta la hora presente pasamos hambre, y padecemos sed, y andamos desnudos, y somos abofeteados. y en ninguna parte hallarnos seguridad; y nos fatigamos, traba– jando con nuestras propias manos. Ultrajados, respondemos con bendiciones; p·erscguidos, aguantamos; difamados, rogamos; como basura dd mundo hemos venido a ser desperdicio ele tcdos hasta ahora" (19). Modelo de misioneros.-San Pablo dice de sí mismo: lmitatores mei estotc, .~icut et cgo Christi (50). Es un verdadero modelo de misioneros en _sus expe– diciones apostólicas, en su preparación al apostolado después de la conver– sión, en su cultura, en la adaptación, en el amor a Cristo y al prójimo, en el método apostólico, en la propagación del reino de Cristo. San Juan Crisós– tomo decía: "Me abraso d·e amor por este hombre; por tanto, le tengo siem– pre en los labios y como: un arquetipo ejemplar, observándole en su alma; me maravillo descubriendo en este hombre el admirable dominio d'e las pasiones, la excelente fortaleza, el ferviente amor de Dios y creo qu'e en él están reuni– das todas las virtudes" (51). La vida, los hechos, la doctrina del Apóstol de las Gentes deben .impri– rnirs'e profundamente en la mente del misionero católico llamado por Dios a continuar y extender la obra redentora hasta los confines del tiempo y del espacio. ··Mas hoy---dice Frediani--, en este admirable despertar misionero, ant'e las masas profundas que pueblan el Asia, el Africa, San Pablo debe más que nunca presentarse como modelo a los misioneros de Cristo. Es la hora de Pablo. ¿Qué haría él. hoy, ante/ las millones que pueblan la sola Asia, ante las ciudades civiles. llenas de ídolos y de cortesanos. como At'enas y Corinto, hoy que con un salto temerario el hombre cruza los océanos?" (52). Los misioneros, conquistadores pacíficos del mundo para Jesucristo, deben estudiar, meditar y p'enetrar las enseñanzas; imitar los ejemplos y seguir los métodos del gran apóstol Pablo, de quien escribe San Agustín: "Illum, quippe optimum et fortissimum virum, qui in suis infirmitatibus gloriatur, ut eum potissimum commemoremus, qui in Ecclesiam Christi ex gentibus venimus. doctorem gentium in fide •et veritate, qui et plus omnibus suis coapostolis la– boravit, et pluribus epistolis populos Dei... instruxit: illum, inquam, verum athletam Christi. doctum ab illo, crucifixum cum illo, gloriosum in illo, in theatro huius mundi, cui spectaculum factus est, et angelis et hominibus, legi- (47) JI Cor., XI, 22-28. (48) JI Cor., VI, 4-5. (49) I Cor., IV, 11-1:1. (50) I <'ar., XI, l. (51) Ilomil. in cap .II Gen., 1lomil. XI, J[G., 53, 95. (52) Cf. G. l<'REDIA;>;I, Profili di Jlissionari, San Paolo, en Il Pensiero Missiona– rio, 1929, 'tomo I, pág. 48.
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